Pepe Martínez, Pirri. Si le pregunto cuántos partidos de Liga jugó usted con el Madrid lo mismo no se acuerda.

Hombre, el número exacto no. Pero sí sé que pasé de los 400 y que sumados los amistosos y los oficiales superé los 600. No olvide usted que estuve en el Madrid dieciséis años como profesional. Por cierto, ¿a qué viene esa pregunta?

A que esta noche Raúl le igualará, con 417, como el quinto jugador de la historia del club con más partidos...

No me extraña, Raúl lleva desde los 17 años dando la vuelta al cuentakilómetros y las lesiones sólo le hicieron parar tres meses la temporada pasada. Raúl no está acabado en absoluto. Su físico está respetándole de nuevo.

¿Por qué la gente le ve en su última recta a pesar de tener sólo 29 años?

Es un error de concepto. Yo me retiré del Madrid con 35 años, en 1980, ganando una Liga en mi último partido y marcándole un gol al Athletic en el alirón en Chamartín. Si un jugador se cuida, no trasnocha, se alimenta con cabeza y se entrena a tope es un chaval a los 29 años. Mi mejor etapa como jugador fue justo entre los 29 y los 31 años. Quien vea acabado a Raúl se equivoca.

Usted también corría lo suyo...

¡Imagínese! Debuté en el Bernabéu con 19 añitos y desde entonces no dejé de jugar. Recuerdo que un buen día se me acercó Don Santiago y me dijo: "Chaval, resérvate más en los partidos porque nos tienes que durar muchos años". Yo le respondí sin titubeos: "No se lo tome a mal presidente, pero yo no sé dosificarme porque mi juego es de entrega máxima". Por eso entiendo a Raúl. En eso es como era yo. Ni se reserva ni especula.

¿Ve en Raúl a su heredero como referente espiritual para el madridismo?

Está mal que lo diga yo, pero sí creo que él personifica muchas de las cualidades que han engrandecido históricamente a este club. Lo que pasa es que decir que Raúl ha sido un desastre estos tres últimos años es muy fácil...

Explíquese, por favor.

En estas tres temporadas tan nefastas que hemos vivido el Madrid ha jugado mal, sin paliativos. El centro del campo no ha generado fútbol y el desequilibrio táctico ha sido patente. No le puedes pedir a Raúl que engrandeciera su fútbol en esas condiciones. De hecho, él se retrasaba mucho en su posición habitual para ayudar al equipo, pero al alejarse tanto del área se alejó del gol y, por lo tanto, de sus principales cualidades relacionadas con el gol.

Pues tampoco parece que con Capello haya mejorado el juego de creación. Emerson...

Al brasileño le está costando adaptarse y es un hecho. Pero el problema no es de Emerson, sino de la cultura del club. En mis tiempos, el centro del campo lo formábamos Grosso, Velázquez y yo. Manolo subía más al ser más técnico, pero Grosso y yo estábamos en todas partes. Arriba y abajo. ¿Qué es eso del pivote defensivo? Fernando Redondo fue el primer mediocentro en la historia del Madrid que llegó con esa etiqueta que nunca me gustó. En mis tiempos, los centrocampistas metíamos una docena de goles al año. Ahora resulta impensable.

Volvamos a Raúl: está mostrando mucha chispa.

Es que la lesión le vino bien para parar tres meses y prepararse físicamente como nunca lo había hecho estos años atrás. Raúl tiene hambre y ha recuperado la velocidad. O sea, vuelve a ser letal cuando ronda el área. Aquí le digo que Raúl va a batir todos los récords del Madrid. Hoy me toca a mí, pero acabará superando a Gento, a Hierro, a Santillana...

¿Y en la Selección? Luis Aragones se ha cargado a Raúl. ¿Cómo fue su adiós del equipo nacional?

Para empezar, le diría a Raúl que no se ponga nervioso porque él va a regresar fijo a la Selección. Recuerdo cómo a Amancio o a Santillana no les convocaron en alguna ocasión pero siempre volvían. Luis tendrá sus razones, pero no creo que le haya puesto la cruz.

Pues cuénteme su adiós a La Roja.

Fue nada más acabar para España el Mundial de Argentina'78. Pocos saben que con Kubala, que era nuestro seleccionador, tenía una amistad personal muy sincera. Tanto que antes del Mundial, y con 33 años cumplidos, le dije que si quería renovar el equipo con gente joven, entendería que me dejase fuera. No lo hizo, pero en el debut en el estadio del Vélez Sarsfield perdimos con Austria por 2-1 y Krankl nos hizo un traje. No jugué ante Brasil el segundo partido y entendí que mi época había terminado. Lo de Raúl es distinto. ¡Pero si es todavía un chaval!

Veo que aún le tiene fe.

Toda. En mi época los jugadores comprometidos con el club aguantaban hasta los 35 o 36 años. Uno no es viejo por edad, sólo por mentalidad.

A usted le dieron la primera Laureada del Real Madrid...

Me rompí el hombro en Atenas y jugué ante el Chelsea. Le debo tanto a Bernabéu...