El partido entre Ecuador y Brasil del próximo martes estaba previsto en Barcelona, pero se jugará en Estocolmo. ¿Qué ha pasado?

Pues que Ángel María Villar nos ha negado la autorización para jugar en España, muy a mi pesar y al de los miles de ecuatorianos que viven en el país hermano. En Barcelona habríamos jugado como en casa, ante 30.000 compatriotas. En Suecia si van cincuenta ecuatorianos ya serán muchos.

¿No ha habido manera de arreglar el asunto?.

Mire que yo lo he intentado. He llamado al señor Villar en varias ocasiones, y ni ha contestado ni ha correspondido a mis llamadas. Incluso le pedí al presidente de la Confederación Brasileña, Ricardo Texeira, que lo intentara él. Lo hizo y tuvo la misma respuesta: ninguna.

¿Tenían preparado el viaje a España?

Pues sí, estaba todo previsto. Los pasajes de avión, los hoteles. Pensábamos salir de Guayaquil el sábado para llegar a Barcelona. Ahora pasaremos por Madrid, pero para poner rumbo a Estocolmo.

¿Cómo sabe que Villar no autoriza el partido si no contesta a sus llamadas?.

Porque ante la ausencia de toda respuesta decidí escribirle una carta a la que contestó hace unas horas. Desautoriza el partido porque así lo ha aprobado su Junta. Dice que España juega con Argentina.

Pero ese partido es el día 11, no el 10. No coinciden.

Bueno, qué puedo decir. Tampoco entiendo que se justifique porque juegue el día 10 la selección española sub-21, porque ya dijimos que aceptábamos que en tal caso nuestro partido no fuera televisado para España. No queríamos molestar, sólo jugar en un país que consideramos hermano y en el que viven cientos de miles de ecuatorianos.

Pero si la sub-21 va a Palencia, que pilla lejos de Barcelona. ¿Estará enfadado?

Pues contento no estoy... pero sobre todo estoy sorprendido. Villar siempre había tenido un buen comportamiento con Ecuador y con el resto de los países suramericanos. Me he llevado una sorpresa.

¿Esto no tiene solución?

Pues no, porque los organizadores del partido, que son ingleses, se han cansado. No podían esperar más y se han llevado el partido a Suecia. Las entradas ya casi están agotadas, pero allí será para ver a Brasil y no para animar a Ecuador, como hubiera sucedido en Barcelona. Si siento todo esto es por los muchos emigrantes ecuatorianos en España.