"Me tiraron un bote de cerveza y me lo bebí"

Primera | Real Madrid - Atlético

"Me tiraron un bote de cerveza y me lo bebí"

"Me tiraron un bote de cerveza y me lo bebí"

jesús aguilera

Madrid y Atlético coparon casi por completo los títulos de Liga en unos años en los que el Barça apenas rentabilizó el sonado fichaje de Johan Cruyff. MarianoGarcía Remón y Luiz Pereira fueron dos exponentes de aquellos derbys tan sonados.

En los años 70 Real Madrid y Atlético vivieron años de vino (los jugadores de ambos equipos se tomaban una copita de Rioja durante las comidas), rosas y Ligas, muchas Ligas. Entre ambos equipos se repartieron el 80% de los alirones de aquella década. Los madridistas ganaron cinco títulos (1972, 75, 76, 78 y 79) y los rojiblancos tres (1970, 73 y 77). El último título del Atlético lo logró, para su deleite, en el Bernabéu, con un empate (1-1) que le bastó para cantar el soñado alirón ante la afición del eterno enemigo. Luiz Pereira (Juazeiro, 1949), una de las figuras de aquel equipo triunfal, no lo olvida: "La celebración fue increíble. Estuvimos toda la noche de juerga y terminamos comiendo chocolate con churros. Desde el Bernabéu nos fuimos al Calderón, nos metimos en nuestros coches y nos fuimos de fiesta".

Mariano García Remón (Madrid, 1950), llega a la cita impecablemente vestido y con unos zapatos limpios como la patena. "Aquello fue duro de asimilar. Yo no jugué ese día, estaba Miguel Ángel, pero nos daba mucha rabia que el Atleti cantase el 'campeones, campeones' en nuestra casa. Además, esa Liga fue terrible. Acabamos novenos y por primera vez en la historia nos quedábamos fuera de las competiciones europeas".

Luiz Pereira admite que "el Madrid tenía un gran equipo en los años 70, pero nosotros éramos más fuertes mentalmente que ellos. El secreto era que disfrutábamos jugando al fútbol más que el Madrid. Los madridistas tenían la obligación de ganar siempre y nosotros íbamos con más tranquilidad. Amigo, bastaba con mirarme a mí en el campo. Así es el Atleti...".

El Gato de Odessa tercia para aclarar que "no es que nos atenazase la responsabilidad, sino que teniendo de jefe a Don Santiago sabías que cualquier relajación te llevaría a la ruina. Y eso que teníamos nuestras cosillas. Recuerdo que Manolo Velázquez llegaba siempre justo un minuto antes de empezar los entrenamientos. Lo tenía perfectamente medido...".

Quien conozca a Luiz Pereira sabe de su bondad y su gracia. El brasileño, un ídolo para una generación entera de aficionados del Atlético, cuenta una anécdota, precisamente el día que ganó la Liga en Chamartín: "Me tiraron un bote de cerveza desde la grada. Lo cogí, lo abrí y, pegado a un poste, me lo tomé. La gente enloquecía con aquello. Iba con mi carácter, con mi forma de ser". Otra del genial defensa: "En Valencia me tiraron una naranja. La abrí y me la comí. Hacía un calor enorme y como tiene mucha vitamina...". No para de reír.

El portero madrileño, que prefiere no recordar el ajetreo electoral de hace tres meses, rescata uno de sus momentos más tristes en un derby: "Jugábamos en el Bernabéu y teníamos controlado al Atleti. Había marcado Pirri y ellos estaban como locos buscando el empate. Ayala me encaró solo, le salí a los pies y tuve la mala suerte de que su pierna me golpeo en la axila partiéndome el hombro".

El brasileño desdramatiza y nos habla entusiasmado del gran bloque del Atlético de esos años: "Estaban Leivinha, qué gran futbolista, Bermejo, Ayala y Leal, uno de los jugadores más regulares que he conocido. Y Eusebio. Siempre admiré la tranquilidad que tenía. Por eso, ese año, cuando supimos que podíamos proclamarnos campeones de Liga en Chamartín, no fallamos. No se podía aspirar a más. Es el sueño perfecto para todo atlético de bien".

Mariano, tipo cultivado al que da gusto escuchar, expone uno de los orígenes de ese pique histórico entre madridistas y atléticos: "En 1972 visitábamos el Calderón a dos jornadas del final de la Liga con el Barça pisándonos los talones. El Atleti no se jugaba nada, pero actuaron como si les fuese la vida en ello y nos metieron cuatro goles. Menos mal que Fermín, que era un jugador nuestro cedido al Córdoba, le metió al Barça el gol que nos dio el título. Pero el Atleti estaba primado hasta las cejas por el Barça, eso se lo digo yo...".

En los años 70 el Real Madrid tuvo varios alemanes en sus filas (Netzer, Breitner, luego Stielike...) pero el club rojiblanco apostó por los brasileños, como refleja orgulloso Luiz: "Eran dos estilos diferentes. Uno de más fuerza, el alemán, y otro más técnico. Pero el Madrid tenía un alemán que parecía suramericano, Breitner. Tocaba muy bien la pelota".

García Remón no olvida los duelos con los grandes delanteros que tuvo el Atleti en aquella época: "Gárate era un señor y un delantero con gran calidad. Yo tenía la ventaja de tener por delante a Goyo Benito, que era como tener un pitbull en la puerta de casa. Tampoco olvido a Ayala, a Ufarte, a Rubén Cano... El Atleti era el otro grande de España, muy por encima del Barça, y de hecho casi ganan la Copa de Europa del año 1974. Para nosotros, el gran partido de cada temporada era con ellos".

El defensa brasileño tiene, pese a todo, buen trato con Benito: "Yo voy con el filial y en los partidos de las categorías inferiores hemos coincidido varias veces. En el campo Benito era terrible, pero luego nos lo pasábamos bien. A la hora de jugar había entradas duras y fuertes, pero luego... Yo admiraba mucho a Pirri, por ese gran espíritu de lucha que tenía". Pereira retoma su habitual alegría: "Había tres jugadores de color. Keita, que estaba en el Valencia, Cunningham, en el Real Madrid, y yo. El más guapo era yo", sonríe de oreja a oreja: "Había gran rivalidad y en los campos te decían de todo, pero no había nada de racismo. A mí me encantaba jugar en esos ambientes. Cuando un estadio estaba lleno yo decía: voy a callar a estos 80.000 mostrando mi juego. El Bernabéu, el Luis Casanova de Valencia, La Catedral... Recuerdo también Atocha. Vivías el fútbol a tope".

El Atlético fue campeón de la Copa en la campaña 1975-76, la última del Generalísimo. Pero Luiz Pereira no la pudo disputar, ya que entonces los extranjeros no podían jugar esta competición: "Una pena, pues fue otro gran título". Mariano recuerda mejor la del año antes: "Quedamos 0-0 y les ganamos por penaltis en un Calderón abarrotado. Pudieron quedar 4-4 pero nadie fue capaz de marcar. ¡Ése sí que era un fútbol comprometido!". Se despiden deseándose suerte. Nada ha cambiado. Siguen siendo dos caballeros...