El asunto es así de sencillo. Raúl cuenta con la absoluta confianza de Capello, pero el capitán lucha estérilmente contra una racha negativa que le impide celebrar un gol con el Madrid, en partido oficial, desde hace casi un año. Fue el 26 de octubre de 2005 en Riazor, ante el Depor, con un remate lejano que sólo sirvió para maquillar la goleada (3-1). Desde entonces, ya lleva 24 partidos consecutivos con el Madrid sin gritar gol...
Raúl ha pasado de ganar dos pichichis ligueros (25 goles en 1999, con Hiddink, y 24 en 2001, con Del Bosque) a quedarse lejos de la decena en las dos últimas temporadas. Capello ha salido al paso de esta realidad estadística (y futbolística) aseverando que no entiende "por qué todo el mundo se mete con Raúl", pero añade que asume que ha perdido "esa puntita de velocidad que tenía en el sprint".
El entorno del jugador asegura que ante la Real estuvo más cómodo, aunque errase tres ocasiones claras de gol, porque jugó en el área gracias a la ausencia de Cassano. Al italiano le toca esperar...
Desde que llegó Ronie, se alejó del área
Los datos demuestran que desde la llegada de Ronaldo (verano de 2002), Raúl se ha alejado del área y, por lo tanto, del gol. Basta repasar la estadística de su aportación realizadora en los cuatro primeros partidos oficiales de cada temporada desde esa fecha. El curso 2002-03 no puntúa porque Ronie estaba lesionado y no debutó hasta el 6 de octubre. Pero en sus tres arranques siguientes los números reflejan su alejamiento progresivo de las redes rivales. Aunque Queiroz firmó un despegue prometedor con el Madrid en sus primeros meses en el banquillo, Raúl no vio puerta. En la Liga de Camacho (fue el técnico en esos cuatro partidos iniciales antes de dimitir), el capitán tampoco logró cantar gol.Un año después, y con Luxemburgo en el banquillo, Raúl marcó en Cádiz en la primera jornada de Liga (en aquel debut galáctico de Robinho) y hasta su lesión ante el Barça (20-N) firmó cuatro goles más en Liga y dos en Champions (ante Olympiacos y Rosenborg). Al regreso de su lesión fue titular, en Highbury, en la triste noche ante el Arsenal, pero tuvo la pólvora mojada hasta el término de la temporada. En esos 327 días, su único gol oficial fue a Túnez en el Mundial.
