Usted ganó con Capello la Liga de hace diez años. No parece que ahora vaya a repetirse la historia.

Yo no sería tan pesimista. Los que conocemos a Fabio sabemos de su capacidad para motivar y unir al vestuario en un objetivo común. En aquella Liga también hubo algún titubeo al principio, pero le recuerdo que nos pasamos seis meses sin perder en Liga.

Ya, pero tras lo de Lyon no tiene pinta de que en esta Liga se repita ese registro.

No me gusta hablar de números, sino de concepto de juego. Y ahí Capello ha demostrado ser un entrenador con criterio y fiable. El madridismo acertará si confía en él porque hace diez años ya demostró aquí de lo que es capaz. La memoria no debe ser frágil. Le ganamos la Liga al Barça del mejor Ronaldo que se recuerde y, si no me equivoco, batimos el récord de puntos. Fabio tiene claro lo que quiere y eso es lo importante.

¿No le parece que es un equipo demasiado defensivo?

La labor de Fabio sufre muchos tópicos. En mi Madrid jugaban en el mediocampo Víctor, un extremo joven y directo; Seedorf, el enlace con los puntas; Raúl, un torbellino vencido a la izquierda, donde se complementaba con Roberto Carlos, que era un cuchillo; y Redondo, un pivote defensivo atípico porque poseía una técnica increíble. ¿Defensivos? No es verdad

¿El qué?

Que con Capello fuésemos un equipo aburrido que jugase con vocación defensiva. Recuerdo precisamente un 6-1 a la Real y al Oviedo en el Bernabéu, o un 1-4 en el Calderón, con uno menos por expulsión de Pedja. Una cosa es tener una mentalidad fuerte en el concepto de defender con solidaridad y otra ser un equipo defensivo. Allí todos remábamos en la misma dirección y por eso el equipo se mostraba tan unido.

O sea, que era otra manera de entender el 'jogo bonito'.

Es que el juego bonito es el juego total, en el que los delanteros presionen arriba, como hacían Raúl o Mijatovic, o que los defensas ayuden en la distribución, como me tocaba a mí, o contar con dos laterales que suban con velocidad, como hacían Roberto y Panucci. Ese Madrid era casi imbatible, o sea, jugaba bien al fútbol.

Entonces, no cree usted que sobre Emerson o que Raúl deba ir al banquillo.

Capello lleva un currículum que habla por sí solo y sabe las decisiones que toma y por qué. Raúl lo ha sido todo en estos diez últimos años y no ha dicho su última palabra. Por suerte, queda Raúl para rato.

¿Si usted presidiera el Madrid cree que la cabeza de Capello correría peligro si hay un tropiezo ante la Real?

En absoluto. Fabio es un gran entrenador para el Madrid, sabe manejar este vestuario y si ha dicho que puede hacer ganar un título es que conoce los caminos para lograrlo. Tengan paciencia con Fabio porque nadie se arrepentirá de que haya vuelto al club en esta segunda etapa. Yo soy optimista.