Ramón Calderón recibió el pasado miércoles, en el Trofeo Santiago Bernabéu, la grata noticia de que el presidente del Bayern de Múnich, Karl-Heinz Rummenigge (actual responsable del G-14), le propuso relevarle en el puesto esta misma temporada.
Al dirigente alemán le agrada mucho la forma de trabajar de Calderón y su juventud (55 años). Pero, sobre todo, le convence que su profesión como abogado le desliga del mundo empresarial, permitiéndole obrar con mayor libertad y con un estilo alejado al de otros presidentes, como el rossonero Silvio Berlusconi. Si acepta, Calderón sería el segundo presidente del Madrid que dirige el G-14, ya que Florentino Pérez fue su primer mandatario en 2000, cargo que ocupó hasta 2002. José Luis López Serrano, director de Relaciones Internacionales del club blanco, será el representante del Madrid en esta institución.De esta manera, Calderón pretende continuar con su deseo de restablecer las relaciones con las instituciones del mundo del fútbol. Si el pasado miércoles el presidente madridista acercó posturas tanto con la Federación Española tras invitar al Bernabéu a su presidente, Ángel María Villar (que no acudió porque estaba en Mónaco en el sorteo de la Champions), como con el Comité Técnico de Árbitros (Sánchez Arminio sí fue), ahora le toca el turno al G-14. Por eso, Calderón está sopesando firmemente la proposición de Rummenigge aunque le preocupan los daños colaterales que su decisión cause en la UEFA y la FIFA, ya que el G-14 no está reconocido por ambos organismos oficiales.
La intención de Calderón es defender de la mejor forma los intereses del Madrid a nivel internacional y acercar posturas con el Barça reforzando el pacto de no agresión entre ambos. Prueba de ello es que Calderón cenará la próxima semana con el reelegido presidente culé tras aceptar la invitación de Joan Laporta para verse en la Ciudad Condal.
Reivindicativo.
El G-14 lo forman los 18 clubes más poderosos de Europa. Fue creado en 2000 para defender sus intereses y contó originalmente con 14 clubes (de ahí el nombre). En 2002 se amplió a 18 sin modificar su denominación. La razón de su existencia fue hacer una contraofensiva a los reglamentos de la UEFA, que obliga a los clubes a liberar a jugadores convocados por sus selecciones (hasta en amistosos). Estos clubes exigen una compensación por cada jugador liberado y que estén asegurados con la totalidad del importe de sus contratos por si se lesionan. Además, proponen un calendario que permita al jugador disputar los partidos de su selección sin ver afectado el rendimiento y participación con su club.
El G-14 presentó en marzo de 2006 una propuesta para sustituir la forma actual de la Champions para que cada miembro tenga asegurada su participación anualmente. A largo plazo desea la creación de una Superliga Europea.
