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Mundial 2006, Grupo G, 3ª Jornada | Suiza 2 - Corea 0

Suiza nos deja sin venganza

Suiza, que controló el encuentro con más facilidad de la esperada, se clasifica como primera de grupo, por lo que se enfrentará a Ucrania en la siguiente ronda.

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<b>ES DE PIEDRA.</b> El central Philippe Senderos celebra el primer tanto de su equipo, sin prestar atención a la brecha que tenía en la cara.
ES DE PIEDRA. El central Philippe Senderos celebra el primer tanto de su equipo, sin prestar atención a la brecha que tenía en la cara.AP

El grupo G, del que saldría el rival de España en octavos, llegaba a la última jornada con un partido rodeado de cábalas. A pesar de ello, la llave del grupo se encontraba en el otro partido, el Francia-Togo. Si Francia ganaba, lo cual era de esperar, tanto a Suiza como a Corea les podía valer un empate para plantarse en la siguiente ronda. Todo dependería en ese caso de los goles anotados por cada equipo. Vaya lío ¿verdad?. Para simplificar nos quedaremos con que el empate clasificaba directamente a Suiza, y Corea tendría que salir a buscar la victoria para no depender de los franceses, pero no lo necesitaba imperiosamente.

Entre tanta variedad de posibles resultados, lo que estaba claro es que ambos equipos tendrían una presión enorme sobre sus espaldas, y si llegaba la noticia de un gol de los Henry y compañía, los nervios serían quienes pasarían a dominar el juego.

El partido comenzó y el pitido inicial pareció librar a los jugadores de esa tensión, que atenaza piernas y bloquea cerebros en el túnel de vestuarios. El control del juego variaba por momentos. Ningún equipo quería arriesgar demasiado, y en los primeros minutos sólo Suiza protagonizó una aproximación clara al área rival. No era de extrañar. El que se atreva a acusar de conservador a cualquiera de los equipos, que intente ponerse en su piel por un momento. Los cuerpos estaban en el campo, pero las mentes se encontraban a 289 kilómetros, donde se disputaba el otro encuentro.

Entre tanta distracción, fue Suiza, la que menos presión por marcar tenía, la que se adelantó en el marcador. El central Philippe Senderos cabeceó a la red un centro de Hakan Yakin y volvía a dejar patente uno de los fuertes del equipo helvético, la estrategia. Para los coreanos no era el fin. Desde Colonia no llegaban noticias, pero su continuidad dependía de un hilo.

Tras el gol Suiza fue valiente, no se limitó a intentar mantener el balón y dejar correr el reloj. Claro que no se lanzaron desenfrenadamente al ataque, lo que hubiera sido absurdo, pero con la tranquilidad que da un gol de ventaja fueron quiénes más se acercaron al marco contrario. Y de nuevo las faltas botadas por Yakin (y pensar que a punto estuvo de quedarse fuera del Mundial) fueron el principal arma de los europeos. Corea no encontraba soluciones. Sino fuera por lo que dolió lo ocurrido hace cuatro años, cualquiera diría que había sido una pesadilla, que nunca había ocurrido. Los suizos se mostraban superiores y sólo una jugada aislada, en la que Lee Chun-Soo obligó a Zuberbühler (quién luce Zubi en su camiseta, en honor a Andoni Zubizarreta) a despejar el peligro con una espléndida estirada, alteró los corazones de su hinchada antes del descanso. De momento todo seguía como al principio.

El orden suizo fulmina a Corea

La segunda parte comenzó con la lesión de Senderos. El central del Arsenal no tenía su día, primero se abría la cabeza en la jugada del gol, y ahora se lesionaba, aparentemente en el brazo. La sustitución no se produjo de inmediato, y en esos minutos de superioridad numérica, los coreanos intentaron, tímidamente, acercarse a la portería suiza. Aunque parezca sorprendente, los que especulaban eran los coreanos. Controlaban pero no arriesgaban. Hasta que sucedió lo que todos temían. Gol de Francia.

A Corea no le quedaba otra que lanzarse al ataque, y lo hizo, pero pasaban los minutos y no creaban ocasiones claras. Y encima el empate ya no valía, necesitaban dos goles. Las escasas llegadas suizas creaban más peligro que las de su rival, por lo que parecía más cercano el segundo de los europeos que el empate. Por si fuera poco, la defensa, ya sin Senderos, estaba cuajando una magnífica actuación. Y el que avisa no es traidor, se veía venir y llegó. Frei marcaba el segundo para Suiza, tras una confusa jugada en la que los coreanos reclamaban un inexistente fuera de juego. Suiza se aseguraba el liderato del grupo salvo remontada heroica de Corea.

Como era de esperar, la remontada no se produjo y sólo un tiro de Ahn Jung Hwan, que se estrelló en el larguero, inquietó a la defensa suiza. Todo estaba decidido. Suiza se enfrentaría a Ucrania en octavos de final tras una brillante primera fase, gracias a la cual ha evitado a España.