Toñín, el torero, votará a Arturo Baldasano

No es Rooney, ni Robben ni Kaká. Se llama Toñín, apenas pasa del metro y medio y lleva al Madrid en su corazón hasta extremos inimaginables. Le apodan 'El Torero' por su afán en acudir al Bernabéu con su capote y su montera. Quiso ser torero (sus ídolos son José Tomás y Joselito) y es un poeta vocacional, pero la vida le obliga a estar 17 horas regentando su pequeño bar de Entrevías. Toñín llevaba dos semanas dándole vueltas a su voto, tan disputado como el del famoso Señor Cayo (magnífica película protagonizada por Paco Rabal y dirigida por Antonio Giménez Rico en 1986).

Decisión.

Todos los candidatos le sondearon, de forma directa e indirecta, y el hombre no dormía: "Lo pasé mal porque sé que gane quien gane querrá lo mejor para el Madrid y cuesta decir 'no'. Pero al final he apostado por el voto más humilde. Sí, votaré a Arturo Baldasano. Ya sé que las encuestas le dan por detrás de Calderón, Palacios y Villar Mir, pero soy de los que me agarro a aquello de 'Los últimos serán los primeros'. No quería que me tachasen de ventajista apostando a caballo ganador. Espero haber acertado". Tampoco crean que Arturo Baldasano le ha sacado el 'sí, quiero' sin sudar la camisa.

Apunten. Toñín tendrá desde hoy a su disposición, para ayudar en la campaña electoral, un Mercedes, un móvil, una montera y un capote nuevo. "Me ha tocado la lotería. El coche es para poder desplazarme por toda España para ir a las peñas y decirles a los compañeros las razones por las que creo que Baldasano sería un buen presidente para el Madrid. Él tiene ilusión y hambre, lo que nos ha faltado en los últimos años tanto en los despachos como en el campo".

Toñín va de gira. Le verán en Badajoz, Valencia, Guadalajara, Terrassa y Córdoba. Se recorrerá la geografía española y está dispuesto a quemar la batería de su móvil de luxe para hacer llegar su mensaje. "Como vamos de perdedores nadie podrá tildarnos de nada. Pero tenemos un tesoro que nos diferencia: la ilusión".

Está tan lanzado que ha decidido dejar el bar al cuidado de su padre, el hombre más paciente y sabio de su casa. "Él me dice que el Madrid me va a volver loco, pero me reconoce que es el momento de dar un cambio en el club". Y se queda tan ancho. Después de dar la mano al "Rey Arturo" (así le apoda), se despide con una de sus poesías: "Si a Cibeles quieres volver a vibrar, a Baldasano debes votar".