Aizpurúa frenó al Castilla

La grandeza del fútbol radica en las continuas sorpresas que depara y en la improvisación que siempre exige, y ayer no podía ser menos. Cuando el himno madridista aún retumbaba en los tímpanos de la afición, Cavallero quiso detener la vaselina de Soldado en una salida desesperada, tocando el balón con las manos fuera de su parcela. El árbitro se dirigió al lugar de los hechos con más lástima que decisión y a instancias de su linier mandó al argentino a la ducha. El Castilla sonrió desde ese primer minuto, sin saber que la decisión le depararía una pesadilla y le privaría de dos puntos ante un aspirante al ascenso.

En ese momento el filial rememoró sus anteriores experiencias en las que la superioridad numérica frente al Ciudad de Murcia y el Valladolid se saldaron con derrotas. Pero entonces emergió la figura de Jurado que comenzó a deleitar con su facilidad en el control, su exquisitez en la finta y su potencia en la carrera para evitar que ese recuerdo se convirtiera en paranoia. Éste hizo de su banda un filón, enseñando constantemente el dorsal a Ceballos, su marcador. Lástima que los remates no estuvieran a la altura de sus internadas. Fantástico.

Sin acierto.

Unas veces por Aizpurúa, otras por la mala puntería de Soldado y en otra por la madera, el gol no llegaba, mientras el tiempo y la paciencia se agotaban al unísono. Y ahí fue cuando Portugal transformó su sistema con falsos extremos en uno real, con Ernesto y Adrián pegados a la cal, pero despreciando a Jurado en su nueva estrategia con el enfado del respetable. Sin él, el Levante respiró aliviado tras un gran esfuerzo y el partido murió porque aunque el fútbol da sorpresas, sin cracks sobre el césped es más difícil encontrarlas.

Cavallero

"Casi no me ha dado tiempo a reflexionar porque la jugada fue muy rápida. Sé que mi cometido era impedir que Soldado rematase y no me percaté de si estaba dentro o fuera del área. La decisión es algo rigurosa pero desde luego si toqué el balón fuera la expulsión fue justa".

Portugal

"Es bueno jugar contra diez, positivo. Ha habido muchas llegadas y ocasiones, pero no las supimos finalizar. La decisión del árbitro ha sido acertada porque el balón iba para adentro. Me hubiera gustado ganar, porque se ha tenido mucha llegada, pero si no finalizas... ".