Santillana
"Ojalá tuviera 30 años menos para estar ahí"
Protagonizó grandes remontadas con dos generaciones. Las primeras junto a Benito y Pirri, de los que aprendió, y las segundas junto a la Quinta del Buitre, a los que enseñó.
Los jugadores del Real Madrid han comentado durante la semana que para remontar hoy había que apelar al espíritu de Juanito. Usted también sabe algo de ganar eliminatorias heroicamente...
Sí, porque aquellos míticos partidos ante Las Palmas en Copa, y el Derby County o el Borussia en Europa fueron espectaculares para el fútbol en general y para el Madrid en particular. Pero quiero resaltar que detrás del corazón caliente, de todo ese sentimiento y de la entrega que poníamos existía una cabeza fría y calculadora donde se estructuraba a la perfección la estrategia a seguir en cada fase del partido.
Pero no me negará que la garra guiaba cada paso del equipo en aquellos partidos.
Es cierto, pero no era lo único. No sólo con casta se puede resolver una eliminatoria en contra. Hace falta tener templanza, inteligencia y algo de fortuna. Se deben dar muchas circunstancias a favor y, además, todas juntas.
Describa sus experiencias, por favor. Ayude a entender a los jugadores y a la afición que en esto del fútbol no hay nada imposible.
(Risas). Guardo muy buen recuerdo de todas las eliminatorias pero ante el Derby y el Borussia en especial. En ambos hice dos goles y me di cuenta de la grandeza de este club. Ante el Derby el partido se politizó demasiado por la polémica con Gibraltar. El Bernabéu se llenó y se respiraba una gran tensión. Fue muy emocionante ya que la afición fue el jugador número doce. Contra los alemanes fue uno de los pocos partidos importantes en los que no marqué pero disfruté con la goleada.
Además, usted vivió las primeras remontadas recién llegado al equipo blanco y más tarde también vivió las protagonizadas junto a la Quinta del Buitre. ¿Había muchas similitudes entre unas y otras?
Todas fueron parecidas y lo que yo intenté fue transmitir a la Quinta del Buitre ese sentimiento que mamé de Benito, Pirri, Amancio o Velázquez de que nunca hay nada perdido. Aquellas eliminatorias deben ser un referente para que hoy el equipo esté siempre en pie de guerra. Esa es su obligación. Quizá otro equipo hubiese desistido de intentar la remontada pero esto es el Real Madrid y aquí hay que luchar hasta el último momento. A los jugadores de este club les gustan los retos como este.
¿Y cómo se conjuraban en unos momentos tan difíciles?
Nos reuníamos en grupos en las habitaciones del hotel para comenzar a preparar la hazaña, incluso a espaldas del entrenador. Camacho y Juanito, por su carácter, eran los que removían todo. Camacho iba habitación por habitación para dar consejos de cómo cubrir a los jugadores más destacados del rival y Juanito iba por detrás para alentar a todos apelando al coraje. ¡Qué tiempos! Ojalá tuviera 30 años menos para poder ayudar hoy al Madrid.
El partido de esta noche le traerá a la memoria cientos de recuerdos y anécdotas.
Pues sí. Parece que fue ayer, antes del partido de vuelta de semifinales de la UEFA ante el Inter, cuando Camacho me metió en la cabeza que me iba a comer a Bergomi. Y vaya si lo hice. Metí dos goles en la prórroga a pesar de haber estado toda la semana lesionado con un tirón, ganamos 5-1 y superamos los dos goles de diferencia del partido de ida.
¿Y cree que en la actual plantilla hay gente con ese poder de convicción?
Los habrá, pero aquellos eran otros tiempos. Si ahora le gritas de esa forma a Beckham no sé cómo reaccionaría.
Pues dada su experiencia atrévase a dar algunas pistas a López Caro para planificar el partido de esta noche.
Cada jugador tiene que estar en su sitio, no hay que inventar ningún sistema-milagro, hay que robarle minutos al reloj, presionar como nunca desde el primer minuto y, por supuesto, acabar siempre la jugada con disparo, aunque se vaya al tercer anfiteatro. Así se dará sensación de ambición.
¿Hay muchas diferencias entre la mentalidad de la plantilla actual y la de su época?
Quizá el equipo de hoy carece de algo que sí teníamos nosotros, y es que estábamos hechos para jugar en casa con grandes bandas como Míchel, Juanito o Gordillo, luchadores como Stielike o Camacho y buenos rematadores como podía ser yo, aunque fuera no éramos tan brillantes como en el Bernabéu. Estoy seguro de que hoy los jugadores pondrán toda su calidad y esfuerzo en el campo, pero no hay que volverse locos porque el Zaragoza es un equipazo. Mientras haya vida hay esperanza.
¿Este Zaragoza es superior a los rivales a los que el Madrid superó en aquellas históricas eliminatorias?
La verdad es que si los aragoneses siempre jugasen como el otro día marcarían una época pero el Anderlecht, Inter, Derby o Borussia tenían muchos internacionales y eran referentes en Europa, aunque después en el Bernabéu se achicaban. Los chavales deben tener presente que 90 minutos en nuestro estadio dan para mucho y se hacen interminables para el rival.
¿Cuál será la clave para obrar el milagro esta noche?
Marcar un gol antes de los primeros 15 minutos y comenzar a crear el desconcierto en el rival. La presión en defensa debe ser asfixiante pero hay que ser fieles al estilo de juego del equipo. Hay que sacar el mismo once con el que se afrontaría cualquier otro partido. No por jugar con cinco delanteros se conseguirán marcar más goles. Pero hay algo más importante aún, la remontada ha de comenzar a fraguarse en el hotel de concentración y, si me apuras, desde que te estás duchando en el campo enemigo, cuando aún está reciente la derrota.
¿A ustedes les valía seguir esa estrategia?
Sí. Nos encorajinábamos cuando perdíamos de esa manera en el partido de ida de tal manera que deseábamos con locura que llegase el momento de resarcirnos. Cuando regresas a Madrid te conjuras, intentas aislarte del ambiente y te autoestimulas.
Para eso López Caro ha echado mano del psicólogo Chema Buceta para concienciar a los jugadores.
No sé cómo se trabaja con un profesional como él porque yo nunca tuve uno en mis equipos, pero sí sé que los mejores psicólogos son los propios compañeros.
¿Y la afición, se volcará como entonces?
Seguro. Marqué uno de los goles tan importantes en la remontada ante el Borussia porque la afición me empujó a conseguirlo. Fue apoteósico y hoy tengo la sensación de que la unión entre equipo y afición se volverá a repetir.