Primera | Athletic - Real Madrid
Rastrojo: el madrileño que jugó en el Athletic
Teodoro Rastrojo Méndez (1961) militó cuatro temporadas en el Athletic aunque su DNI indica que Madrid es su lugar de origen. Su familia dejó Badajoz para buscar un futuro mejor en Bilbao. Allí pudo vestir la camiseta rojiblanca y conseguir la Liga de 1983 con Clemente en el banquillo.
Desde la fundación del Athletic de Bilbao en 1898 no sólo futbolistas vascos han vestido la camiseta del club. Lo hicieron ingleses en los primeros tiempos y durante toda su historia también lo han hecho jugadores nacidos en otras provincias españolas, aunque generalmente criados en la cantera. Valverde (Cáceres), Loren (Burgos) o Ferreira (Salamanca) son algunos ejemplos.
Ni en el propio club se ponen de acuerdo sobre cuándo se estableció que sólo jugarían vascos en el equipo. "Es una filosofía no escrita pero asimilada, difícil de fechar, que con el paso de los años se ha institucionalizado", explica Chema Noriega, director del fútbol base de Lezama.
Lo curioso del caso es que en la historia contemporánea del Athletic, aquella que exceptúa a los pioneros, sólo un madrileño, y lo confirma Noriega, ha vestido su camiseta: Teodoro Rastrojo. Nacido en 1961, jugó cuatro temporadas como lateral izquierdo y, entrenado por Clemente, formó parte del equipo campeón de Liga en 1983.
El padre de Rastrojo nació en Oliva de la Frontera (Badajoz), un lugar del que emigró hace 45 años buscando trabajo en un Bilbao industrializado. Precisamente en uno de los numerosos trayectos que la familia hizo al País Vasco, Teo (así le gusta que le llamen) vino al mundo. Y tuvo que ser en mitad del camino, en Madrid.
Con tan sólo 16 años el Athletic llamó a sus puertas y allí se formó como futbolista hasta los 24. Ocho temporadas en las que pasó por los juveniles, brilló en la División de Honor y fue internacional Sub-18 a las órdenes de Chus Pereda y José Emilio Santamaría.
Debut.
Pero la alternativa le llegó tras ser indiscutible en el Athletic B. Debutó en Primera de la mano de Senekowitch un 13 de enero de 1980 en el Villamarín (0-0). Una semana después debutó en San Mamés frente al Madrid. "Estaba nervioso pero el estadio, el rival y la confianza de mi entrenador eran demasiado importantes como para defraudar. Ganamos 3-0 y ese día sequé, nada más y nada menos, que a Juanito. A lo largo del partido se portó muy bien conmigo, y al finalizar me felicitaron tanto él como el presidente madridista Luis de Carlos, que incluso bajó al vestuario para estrecharme la mano y darme la enhorabuena".
Tras pasar por el Barakaldo volvió al Athletic la temporada 82-83, y formó parte de la plantilla que se proclamó campeona de Liga.
"Esa temporada sólo jugué un partido en Copa y, después de conseguir la Liga, el club no contó conmigo porque ya tenía el equipo hecho para la siguiente temporada. Entonces me marché al Hércules al lado del mejor, Kempes. Muchos dicen que si hubiese sido vasco habría estado más años en el Athletic. Aun así tengo muy buenos recuerdos de aquellos tiempos y no guardo rencor a nadie. Al revés, tengo muchos amigos de esa época como Dani, Rojo, Noriega, Villar...".
"Ojalá en el futuro jugadores de otras provincias españolas, incluso extranjeros, puedan jugar en el Athletic, aunque la realidad es que sólo una hecatombe hará cambiar de postura al club. Yo hablo mucho con grandes amigos que tengo allí, pero es muy difícil cambiar una tradición".
Rastrojo sigue demostrando sus buenas maneras futbolísticas, aunque en el equipo de veteranos del Athletic y del Hércules, sus dos clubes del alma. Ahora reside en San Juan (Alicante) y es coordinador deportivo del Ayuntamiento de Almoradí, un lugar desde el que no pierde de vista a su añorado Athletic y desde el que no podrá obviar un encuentro como el de hoy, de gratos recuerdos para él.