Olor a Champions ¡Cayó la Séptima!

¡Que siga la fiesta!Febrero rima con enero. Rima consonante y feliz. Nada es casual. Anoten. El Madrid de López Caro (el lebrijano se ha ganado los derechos de autor) conquistó la Séptima. Sí. Esa palabra emblemática para el madridismo de la era en color. No hay rival que se resista al rodillo blanco. Desde el empate en Villarreal han ido pasando por la piedra implacable de LC rivales de alcurnia como Athletic, Betis (por dos veces), Sevilla, Cádiz, Celta y Espanyol. Racha digna de un equipo que ha dejado de escribir con los renglones torcidos, que ha recuperado la autoestima, que tiene hambre de títulos y ha rescatado el mayor tesoro para su entendida afición: la ilusión.

Sábado mágico. Aterricé en el Bernabéu (previa parada técnica en el emblemático Birra de la calle Concha Espina) entre una multitud de gente con la silueta rectilínea. Todos con la espalda erguida, pecho henchido y sonrisa sincera. Ni una barbilla gacha. Normal. Las radios echaban humo con la magia de un sábado irrepetible. España tumbando a Dinamarca, María José Rienda conquistando el Gigante de Ofterschwang (la nieve es blanca, o sea, es del Madrid), el Castilla venciendo con un gol de Soldado, el Ronaldo de Valdebebas, paliza al Fórum en Valladolid (72-90) y Etoo errando su enésimo penalti y sufriendo ante Costa de Marfil su máximo castigo (por cierto, querido Samuel, Drogba te tumbará por tercera vez en el Barça-Chelsea y consumará la caída de tu débil Imperio). Y faltaba la guinda. Florentino aseveraba ayer en AS que ante el Espanyol retornaba el mejor delantero del mundo. Y así fue. Estando sólo al 60%, metió un gol de cabeza (¡noticia!), no paró de intentarlo y ya lleva diez. Ronie, obrigado.

Zizou, a tus pies. Ya sabemos que Zidane confesó hace meses a su presidente que lo mejor era dejarlo tras el Mundial y retirarse del fútbol por la puerta grande. Quizás sea lo que dicta la cabeza fría y el intelecto. Pero el corazón nos pide a todos ir en manifestación a casa del mago marsellés (barrio Conde de Orgaz) y pedirle que apure su contrato. Con descanso, ya es el segundo máximo goleador liguero y el tipo capaz de lograr que mi padre siga creyendo que después de Di Stéfano no ha visto nada mejor en la pasarela del Bernabéu. Zizou, medítalo.

Profeta Lotina.Ya dijo el sabio entrenador blanquiazul que no era cuestión de colgarse del larguero. Sabía lo que decía. Su equipo intentó parecer que aceptaba un intercambio de guantes y, antes de que Gravesen avergonzase al estadio con una actitud reprochable (y expulsable), los pericos ya estaban noqueados con tres goles en la jaula del novato Gorka.

Cicinho, crack.Desde ahora, todos los niños querrán ser lateral derecho. Cicinho convierte cada actuación en un homenaje al fútbol. ¡Máquina! Por cierto, hoy festejaré los goles de Torres en el Camp Nou. ¡Forza Atleti!