Primera | Real Madrid
El cambio de Beckham le costará caro a Luxemburgo
García Remón fue destituido tras dos suplencias del inglés.
Cuando en el minuto 52 Luxemburgo decidió cambiar a Beckham dando entrada a Balboa, Florentino frunció el ceño desde el palco de Riazor y se sintió Mendoza por un día. Cuando hace 18 años Beenhakker dejó en el banquillo a Butragueño ante el PSV en una semifinal de la Copa de Europa (1-1), el difunto presidente le dijo al holandés: "Ha jugado con el patrimonio del Madrid".
El actual mandatario no se atrevió a tanto, pero su gesto de disconformidad coincidió con la mala cara que el crack inglés puso al ver el número 23 en la tablilla del asistente de Fernández Borbalán. Sin embargo, Luxa tenía razones poderosas para hacer lo que hizo. La espalda de Becks sigue dándole problemas y, de hecho, ayer no se entrenó en Las Rozas tras sumársele un nuevo problema. Tiene sobrecarga en el músculo tríceps sural de la pierna izquierda. Hasta hoy no se decidirá si puede jugar ante el Betis
Pero el técnico brasileño no es ajeno a una realidad incuestionable. Hay tres jugadores que son intocables: Ronaldo, Zidane y Beckham. El primero ha demostrado con sus goles que merece estar por encima del bien y del mal; el segundo se ha perdido el respeto de buena parte del vestuario tras conocer sus compañeros que quiso abandonar la nave en verano y tras 'borrarse' de estos próximos partidos aferrándose a sus problemas provocados por sus partidos con Francia.
Y falta Beckham. Camacho dimitió al día siguiente de dejarle fuera del once en Montjuïc (18-9-2004) y García Remón comprobó sorprendido cómo el presidente y Butragueño le pedían explicaciones en un hotel de Santander sobre por qué decidió dejar a David en el banquillo ante el Racing. El Madrid ganó 2-3 (gol de Zizou) y eso aplazó el problema hasta el Madrid-Sevilla previo a la Nochebuena. Al descanso, García Remón cambió a Beckham. Ronaldo fue suplente de inicio. Sacchi estaba en el palco. 0-1, gol de Baptista. Al día siguiente, el club invitó a la plantilla a la comida navideña. Ronie se acercó a Florentino y, delante de siete testigos le dijo: "Presi, no voy a poder cumplir mi promesa de los 30 goles porque el míster me ha dicho que no me va a poner si no entreno, y como no pienso entrenar". Ocho días después, el 'Gato de Odessa' fue destituido y llegó Luxa. Ahora sólo falta saber si se repetirá la historia