Entre parones y sirenas, en la Sevilla atascada por el retorno del 1 de septiembre, Pablo Blanco, coordinador de la cantera sevillista, no tenía el menor asomo de duda: "Si a algún jugador se parece Sergio Ramos por velocidad, atleticismo, juego aéreo y la rapidez asombrosa en los cruces, ése es Paco Gallego. Han pasado 40 años en el fútbol y en la vida, pero el parecido es curioso. Y como pasó con Paco, Sergio se ha ido muy joven y dejándole al club un buen dinero", zanjaba Blanco.

En las pintas de ambos ya se adivina el parecido clónico, aunque el Gallego de la imagen ya tenía más de 10 años que el actual Ramos. Pablo Blanco fue compañero de Gallego cuando el central de Puerto Real (4-3-1944) regresó al Sevilla en 1975 tras sellar 10 importantes años en el Barça. En esa década barcelonista, Francisco Fernández Rodríguez, Gallego, fue 38 veces internacional absoluto. Debutó en 1966, en el Mundial de Inglaterra.

Capitán.

La crónica de las similitudes Gallego-Ramos llega casi a asombrar, pero gira en torno a un punto clave: la competitividad. Esa competitividad que mueve a otra reflexión al mismo Joaquín Caparrós, que analiza: "Por competitividad y ganas de ganar, el vestuario del Real Madrid puede encontrar en Sergio a otro Camacho".

Pero Gallego era rubito (justo por eso le apodaron Gallego, por su tez pálida y pelillo rubio), y en 1963 ya era la figura del sensacional equipo del Sevilla que Mario Klug guió al Campeonato de España juvenil.

En 1965, el Barça apostó fuerte por el emergente central rubio (también lo ha hecho ahora con Sergio, aunque no tanto), y el de Puerto Real se vistió de azulgrana al final de la temporada 1964-65, a cambio de siete millones de pesetas... de los de entonces. Paco Gallego se fue del Sevilla con 21 años recién cumplidos y Sergio con 19. Más parecido: los dos centrales han nacido en el mismo mes: marzo (Ramos, 30-3-86). Y el Madrid ha pagado algún dinerillo más que el Barça en su tiempo: esos 40 años...

Epílogo: Gallego volvió al Sevilla en 1975. El brazalete de capitán le pertenecía. Se retiró en 1979, a las órdenes de Miguel Muñoz. Insólito: descolgó las botas y jugó tres partidos tras recibir su homenaje. Y se retiró como capitán. En la reciente concentración sevillista en Ronda, en un amistoso, Sergio discutió en el vestuario: quería el brazalete de capitán.