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Clasificación Mundial 2006 | España 1 - Lituania 0

Lucky Luque

Sufrimos como siempre, pero ganamos. Un gol solitario de Luque que permite dar caza a Serbia y pensar que, algún día, esta España doliente y torpona podrá recuperar el aliento de un país que hoy le da la espalda. El vacío ambiental de Mestalla, un serio aviso.

Con una afición así, no se puede perder.

Un nostálgico. Con esta España de la media sonrisa y la pegada extraviada (con la excepción de Luque, el hermano blanco de Etoo) no te queda otro remedio que bucear en el Cuéntame y refugiarte en aquello tan tristemente socorrido por los nostálgicos: "Cualquier tiempo pasado fue mejor". Nada más presenciar la imagen aérea de Mestalla antes de dar inicio el suplicio, uno intentó aferrarse a su orgullo patrio y a su pasión por todo lo que huela a fútbol para no pensar que estamos asistiendo a la caída... ¿de qué Imperio? Ni eso tenemos. Hay que felicitar a los 22.000 fieles a la causa, que rellenaron los patéticos vacíos de la grada con entusiasmo y fidelidad sincera. Pero creo que llega el momento de pedir que Sevilla recupere el padrinazgo de la Selección. Allí viví, en 1993, la noche más hermosa de mi acelerada existencia. 1-0 a Dinamarca. Cabezazo de Hierro, con Cañizares de portero y Zubi expulsado. 50.000 entusiastas abarrotábamos el Sánchez Pizjuán. Clasificados para EE.UU. Toda Sevilla, no exagero, se lanzó a la calle. Por delante de mis ojos desfilaron tres mil tipos que portaban una bandera de España de 200 metros. La Giralda también bailaba. Lo juro. ¿Qué queda de ese espíritu? Pregúntenle a Bea Abás, la zaragozana de 15 años ganadora del concurso AS-Jetix que fue invitada al tostón del sábado noche. ¡Y su paisano Villa en la grada! Niña, tranqui, siempre nos quedará Rafa Nadal o Fernando Alonso, los Bahamontes y Santanas del siglo XXI.

Presagios. De entrada, se retrasó el inicio en siete minutos por una red mal clavada. Síntoma de la enfermedad. Lituania, un país con menos habitantes que la ciudad de Madrid y con una selección que viste como el Norwich inglés, puso un autobús de dos pisos y se limitó a dejar que Raúl y Torres evidenciasen su actual decadencia. Fíjense. Entre nuestros dos artilleros han sumado en la Liga 25 goles, tantos como los que ha metido solito Forlán. Si, además, Torres se sacude el pánico a fallar, hace la jugada de su vida y Raúl le pone un tapón a lo Sabonis, mejor dedicarse a poner el Salsa Rosa y a esperar la peli X del Canal +. Aunque hubo alguna aficionada lituana (ver foto del ecuador de la página: ¡guaaau!), que nos demostró que los bálticos tienen una delantera que va más allá de los tiritos del cañoncito Poskus.

Iker 2006. Lo bueno en la vida es mirar lo que te queda y no lo que te has gastado para evitar acabar como los del crack del 29. Por eso Ikerman Casillas es mi ídolo. Y el de usted. Y el de mi sobrino Gonzalo. Y el de sus hijas. Cuando Raúl fue sustituido y le dio su brazalete de capitán, respiramos. Esa portería es más segura que la Sala de Trofeos del Atleti (ahí no entrada nada ni nadie). El día que igualó el récord del Chopo Iríbar (49), sacó una mano prodigiosa que nos permite dar caza a los paisanos de Mijatovic y pensar, por fin, que lo de Alemania 2006 es una parada de Metro en la que se bajará la tropa del hiperactivo Luis.

Toreros. En la semana en la que El Cid ha demostrado que la tauromaquia es un arte, conviene que la Roja, como la llama nuestro ciclotímico seleccionador, empiece a calar más hondo en el alma de los nuestros. Me llama mi amigo Toñín, el torero de Entrevías, y me dice que ya tiene ahorrado un puñado de euros para ir el verano que viene detrás de los chicos por los campos ultramodernos de la Germania. A gente como ésta no se le debe arrancar la ilusión ni el espíritu excursionista con bodrios infumables como el de Mestalla.

Gracias, Lucky Luque. Menos mal que el Matador saltó a tiempo. Luque le pega como una mula. Él, como Luis García, Xabi Alonso o Sergio Ramos, no debería ser suplente. Revolución ya. Luis, profesor, medítelo...