Luxemburgo no alineará esta noche como titulares a ninguno de los recién llegados. Tanto Gravesen como Portillo comenzarán en el banco de suplentes, pero no se descarta su entrada en el campo si las cosas van bien o si van mal, que nunca se sabe. El Madrid, repite la base del equipo que ganó al Atlético de puro milagro, Solari y Beckham de pivotes y regresos de Samuel y Salgado en detrimento, respectivamente, de Pavón y Arbeloa. En el Zaragoza, César Jiménez sustituirá a Milito que está sancionado por tarjetas. Pelé lo verá todo desde el palco. Así se presenta el partido.
Si en el Madrid no se han registrado todos los cambios previstos es porque la enfermería se ha vaciado de forma repentina, con la única excepción de Guti, que se ha dejado siete kilos en una gastroenteritis. Raúl, que ayer se hizo una resonancia para comprobar si sufría una rotura fibrilar (descartada), jugará. También Ronaldo, que ayer se entrenó aparte, y Helguera, con problemas en un tobillo. Además de la sapiencia de los médicos del Madrid (indudable) es evidente que los futbolistas se aplican el adagio popular: antes muertos que sin silla.
Puestos a analizar el equipo, extraña que Luxemburgo apueste por el mismo centro del campo que naufragó en el Calderón y no se entiende que si Gravesen ha venido para solucionar un problema, este no se intenté resolver cuando antes. Más aún cuando la enfermedad de Guti permite incluir al danés sin traumas de ningún tipo. Otra historia será quitar a Guti o Beckham. La mayoría de los entrenadores prefieren complicarse la vida y explotar su vena de ex jugadores susceptibles antes que escuchar la voz del pueblo. Y el pueblo quiere a Gravesen de inicio y a Portillo en la segunda mitad, si puede ser, en lugar de Raúl. Por cierto, cuentan que en el primer contacto con sus nuevos compañeros Gravesen se reveló como un tipo encantador y bromista, algo que nos confirma, una vez más, que la belleza está en el interior. Habrá que ver cómo se comporta ante los enemigos.
El Zaragoza parece tener las ideas mucho más claras, aunque sigue siendo un equipo que sigue sin hacer honor a su interesantísima alineación, de corte ofensivo, variada y alegre; también inconstante y frágil. Quizá sólo le falte la explosión definitiva de Cani y Zapater, dos futbolistas a los que les cuesta estar a la altura de la ilusión que despiertan. Movilla será, como siempre, el jefe de operaciones. Qué gran jugador. Lástima para él no apellidarse Movillensen y comerse a los niños crudos. Savio y Villa serán las bayonetas, artillería ligera contra los tanques del Madrid. Del primero hace tiempo que se espera una venganza y del segundo se puede esperar cualquier cosa, todas buenas. Hay quien asegura que en el partido de esta noche se cerrarán cuentas pendientes que se abrieron en la final de Copa de la pasada temporada. Entonces comenzó la debacle del Madrid que aún se intenta arreglar. Han pasado tantos mundos desde aquel día de marzo que creo que pocos se acordarán de aquello. Hoy es otra historia. Luxemburgo ha agotado los comodines y el público espera ver caras nuevas. Pelé estará en el palco. El Papa del fútbol es negro.
