Funeraldo navideño

La voz del pueblo. Ocho de la tarde. Restaurante José Luis de la calle Rafael Salgado. Foro gastronómico y madridista que conviene pulsar en días de convulsión y desasosiego. Un veterano privilegiado (de esos que han visto las Copas de Europa en blanco y negro), se me acerca inquieto. "Señor Roncero, ¿por qué ningún periodista se ha atrevido a preguntarle al presidente la razón de los fichajes que ha hecho este verano? ¿Hay autocensura en los medios?". Evidentemente, la respuesta es negativa. Y por ello traslado esta cuestión que Florentino debería atajar de inmediato dándole una explicación a su pueblo: ¿Por qué Etoo, goleador insaciable, fue vendido al Barça? ¿Era necesario traer a Owen si ya estaba en el banquillo Morientes, el máximo goleador de la última Champions? ¿Por qué se fichó a Woodgate, central de alto riesgo, y se desechó a Cannavaro, que costaba cuatro veces menos y ahora es titular indiscutible en la Juve? Presi, dirás que yo no soy nadie y que de esto sólo saben los profesionales del fútbol. Pues eso. Que Arrigo Sacchi arregle el desaguisado. Este servidor no volverá a abrir la boca al respecto. Me quedé sin saliva este verano, hasta amargarme las vacaciones. Se veía venir...

Mariano, ¿por qué? Hasta García Remón, coherente como pocos, perdió ayer el norte al tomar una decisión que considero inadecuada aunque sé que tiene razones de peso (actitud, disciplina...) que amparan su desafío. En el Día del Gordo, Ronaldo chupó banquillo. No ocurría desde Turín, cuando Del Bosque erró al dejarle fuera del once inicial y el Madrid lo pagó quedando desterrado de la Champions. Mariano, jugando en casa y ante el Sevilla la velocidad de Ronie y su poder rematador obligaban a dejarle un hueco en la obra. Sacchi tomaba nota desde el palco, mientras el presidenciable Butragueño atendía por teléfono una llamada misteriosa. Arrigo, olvídate de los Venturin, Njegus y Torrisi y pídele a tu capo a Baptista, Alves y Sergio Ramos. El futuro se escribe con jugadores que tengan hambre e ilusión. Este Madrid no está muerto, pero su rostro está tan desfigurado como el de Yúschenko, el político ucraniano al que envenenaron para evitar su victoria en las urnas.

Regalos navideños. Tras el drama Florentino y los jugadores se tomaron la tensión. Fue por una causa noble (la lucha contra el ictus o derrame cerebral), pero destila una fina ironía del estado de la Nación Madridista. Pero ojo. No olvido que el Barça ha necesitado de varios favores arbitrales ante Valencia y Levante para sumar cuatro puntos por la cara. Pero eso no vende y el aparato de propaganda prefiere silenciar que a Owen le hicieron un penalti de libro y que el gol anulado a Ronie en el Camp Nou habría sido recibido con alfombra roja. Me voy dando las gracias por sus christmas a las peñas (Lugo, Abarán, Mancha Real-Juanito y El Nido). Vuestro madridismo sincero os honra. Presidente, por favor, vuelve a ser el que eras...