Primera | Villarreal - R. Madrid
El Villarreal está gafado: jamás ha ganado al Madrid
En El Madrigal lleva cinco derrotas y un empate
En Villarreal, ciudad emergente y club de fútbol modélico, existe una obsesión creciente desde hace seis años: celebrar un triunfo sobre el todopoderoso Real Madrid. Ya ha llovido y granizado lo suyo desde que el equipo castellonense celebrase su histórico ascenso a Primera (1998-99). En ese tiempo (la temporada 1999-00 no puntúa porque regresó a Segunda) ha mantenido una decena de duelos ligueros con los blancos, que se les han atragantado sistemáticamente.
Núñez. Apenas han podido arañarles dos empates. Uno en el Bernabéu y otro en El Madrigal. Éste último fue el del famoso gol del canterano Antonio Núñez (ahora en el Liverpool de Rafa Benítez), que prolongó la maldición del submarino amarillo ante el Queen Mary madridista al cabecear en los últimos minutos un córner botado por Beckham. Y eso que aquél día supuso el debut de Riquelme con los azulejeros, 'Román' en la grafía de su camiseta. Benito Floro dijo que si esa noche no se ganó al Madrid difícilmente llegaría otra oportunidad de ese calibre.
Quien también puede hablar de esta curiosa capacidad que tiene al Real Madrid para opacar el fútbol del Villarreal es Fernando Morientes.
En dos semanas para la historia, el extremeño-manchego aniquiló a los castellonenses con seis goles que firmaron tres triunfos del Madrid por idéntico resultado (2-0). Irulegui, técnico por entonces del yellow submarine, dijo resignado: "Morientes nos la ha clavado. Nos ha vuelto a machacar él solito".
El Villarreal también recuerda como en El Madrigal se le escaparon dos partidos que ya tenía en su mano. Hace tres temporadas, dos goles de Víctor y Calleja le pusieron en órbita (2-1), pero Munitis y Raúl dieron la vuelta al partido en los últimos cinco minutos. Un año más tarde fue aún más cruel. En el último minuto, Helguera marcó el gol de la victoria del equipo de Del Bosque (0-1) tras un jugadón de Guti.
Un Guti que le hizo un hat-trick al submarino amarillo en el Bernabéu (14-4-01), uno de ellos considerado como el mejor gol de su carrera. La historia está para escribirla... y para modificarla. Ahora todo está en manos de la tropa de Reina, Guayre y Riquelme.