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Primera | Real Madrid

El Madrid, triste por las palabras de Del Bosque

Del Bosque con Florentino Pérez.

La herida abierta entre el Real Madrid y Vicente del Bosque sigue abierta y sangrante. El entrenador que ganó dos Champions, dos Ligas, una Intercontinental, una Supercopa de Europa y una de España ha efectuado esta semana duras acusaciones contra los actuales rectores del club: No entiendo que en un año que he estado en Madrid no han tenido la delicadeza de invitarme ni un día al palco, pero sí invitan a Tom Cruise o al que nos quitó a Mista; han sido muy malvados; preparan a Arbeloa como el lateral derecho del futuro pero en el filial juega de central o no me molesta que me echaran, sino que al echar a Makelele dijeran que no daba un pase a diez metros; cuando se fue Redondo que era un cáncer; cuando se fue Queiroz que no debían haberlo traído y cuando me fui yo que querían un técnico con un librillo más moderno y tecnificado. No han tenido delicadeza con gente como Hierro, uno de los mejores jugadores españoles. He estado 35 años en el club y no merecía este trato.

En el seno del Real Madrid dichas manifestaciones han provocado tristeza y prefieren, tras solicitarle AS una opinión al respecto, no hacer comentarios a esas acusaciones de Del Bosque. Esa tristeza tiene una base argumental que el club maneja fuera de micrófonos y pantallas mediáticas. El Madrid se aferra a cuatro puntos para justificar ese desacuerdo: 1) Creen que Del Bosque no valora que Florentino y Valdano le propusiesen tras el partidazo de Old Trafford ante el Manchester (3-4) renovar por dos años manteniendo sus emolumentos. 2) Exponen que el técnico rechazó el ofrecimiento y prefirió emplazar al club al final de la temporada. 3) Además, según el Madrid, los representantes del técnico pidieron un contrato anual de 600 millones de pesetas, 100 más de lo que ganaba. 4) Añaden que a Del Bosque no le echaron, simplemente no le renovaron un contrato que llegó a su fin el 30 de junio de 2003.

En el entorno del presidente existía ayer una profunda decepción, pero se ha optado por no entrar en guerra abierta, ahora que el equipo ha recuperado el buen tono.