Camacho pide al equipo un cambio de actitud

José Antonio Camacho se fue dolido en la noche del martes a su domicilio. No por la derrota, sino por la actitud indolente de buena parte de sus jugadores ante el Pumas, en la XXVI edición del Trofeo Bernabéu. Todo empezó en el Hotel Mirasierra Suites, en el que el equipo se concentró a comer horas antes del encuentro con los mexicanos. El técnico transmitió un mensaje muy claro: Chavales, hay que salir con motivación y concentración. Ellos se tomarán el partido como el más importante de sus vidas. Por favor, jugar con intensidad.

El equipo recibió la educada camachina con normalidad, dado que el papel del técnico incluye este tipo de sermones aleccionadores para que su tropa salte al campo mentalizada al cien por cien y sin fisuras.

Pero faltaban los brasileños (Ronaldo y Roberto Carlos), los lesionados (Woodgate y Samuel) y el técnico optó por mezclar titulares, suplentes y canteranos dejando de salida en el banquillo a Figo, Helguera y Zidane. El experimento le salió mal al entrenador, que llegó al vestuario en el descanso (0-0) con esa cara de pocos amigos que en el seno de la plantilla ya conocen de memoria. Camacho se dirigió a sus hombres con un tono enérgico y firme, exigiéndoles de nuevo compromiso, intensidad, concentración y motivación.

La minibronca no duró más de dos minutos, pero sirvió para que los jugadores, que escucharon en respetuoso silencio, regresasen al campo con un amago de reacción. Pero el golazo de Castro en el minuto 70 terminó de empañar la imagen del equipo en el Bernabéu. De hecho, un estudio de imágenes efectuado ayer por Antena 3 a lo largo de los noventa minutos reflejaba la desesperación progresiva de Camacho y su frustración final.

Silencio.

La segunda llegada al vestuario fue diferente y mucho más silenciosa. Ya estaba todo dicho y la derrota no tenía remedio. Pero el míster tuvo tiempo suficiente para, pasada media hora, afrontar su comparecencia ante los medios con cinco mensajes muy reveladores que reflejaban a la perfección su enfado por lo ocurrido: 1) Para ellos era el partido del año y a nosotros nos ha faltado bastante motivación; 2) Cuando nos han marcado el 0-1 se ven cosas como la falta de carácter: 3) Cuando un once corre y trabaja, el otro no lo hace. Esa es la explicación de que pasen estas cosas; 4) Ya llevo aquí un tiempo y quiero que mis jugadores salgan siempre con ilusión y ganas. Son grandes futbolistas, pero si no se corre es difícil que se ganen los partidos; y 5) Me voy enfadado porque se ha perdido, pero hay veces que también me enfado pese a haber ganado.

Camacho, buen psicólogo, no insistió ayer en sus quejas con sus jugadores y, en vista de que nueve de ellos están con sus selecciones nacionales, optó por mantener un buen clima durante el entrenamiento vespertino.

Ello no quita que esté bastante preocupado, dado que ya al término del partido del domingo en Son Moix dejó un recado que parece no haber captado el vestuario: Lo que no puede ser es que en el centro del campo se den seis toques de balón. El balón es del equipo, no de un jugador.

Uno de los veteranos del equipo, César, asumió ayer el sentido de la camachina, reconociendo los pecados de su equipo: El míster no estaba contento, pero nosotros tampoco. Es normal que exija tanto el público como el entrenador. Cuando no se hacen las cosas bien, no se está a gusto. No se puede ganar andando. Todos están de acuerdo.

Hablará con los tres capitanes

El técnico del Real Madrid es amigo de decir las cosas a la cara y de apoyarse mucho en los jugadores con más peso en el vestuario para que todo el mundo cumpla las reglas de conducta dentro y fuera del campo. Por ello, y en vista de que en estos dos últimos partidos el rendimiento de su equipo ha sido más bajo de lo esperado, Camacho tiene previsto la semana que viene charlar con los capitanes (Raúl, Guti y Roberto Carlos) con el fin de conseguir que la actitud y la motivación del grupo se incremente tras la reanudación de la Liga (domingo, día 12, ante el Numancia en el Bernabéu, 19:30 horas).