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Los traviesos duendecillos del fútbol

Es curioso lo traviesos que son los duendecillos del fútbol. Si alguien no debía lesionarse antes de empezar la Liga, ése era Samuel. Sobre su contratación está basada la tranquilidad defensiva del equipo. Por si era poco, para acompañarle se hizo otro fichaje, Woodgate, en el que en el club hay mucha confianza, pero que vino lesionado. Hay que esperarle. Pero con lo que no se contaba era con tener que esperar también a Samuel. Su baja produce una paradoja: después de mucho resistirse, Florentino se ha gastado por fin este verano 45 millones en centrales. Pero el equipo se jugará los primeros puntos de esta Liga sin ellos.

El asunto viene a echar picante en una discrepancia, que todavía no ha llegado a mayores, entre el presidente y el entrenador. Tras el partido del Wisla una exhibición magnífica, el primero estaba exultante. Pero Camacho desconfiaba: "La plantilla es corta", se quejó. Camacho aún quiere un escudo para delante de la defensa, un Vieira con colocación, quite por abajo y estatura para cortar de cabeza los saques del portero contrario. Un hombre más para el entramado defensivo, que aún ve corto. Florentino no quiere gastar más. Ya han sido 45 millones. Pero ha tenido la mala suerte de que el primer percance da argumentos a Camacho.

Cuestión de mala suerte, sin duda. Y castigo al riesgo que supone fichar a un jugador lesionado de antemano, Woodgate. "Lo hemos fichado para cinco años, no para un mes", justifican en el club. Y es verdad. Pero ahora se lesiona Samuel y la ausencia del inglés en este arranque de temporada resulta especialmente sensible. Resulta que el Madrid tendrá que salir en Mallorca con Pavón-Mejía en la defensa, o con Pavón-Helguera y la media Beckham-Guti. Justo la configuración de equipo arriesgada a la que se culpó de todos los males el año pasado. Justo lo que Camacho quería evitar, con una plantilla más dotada atrás.