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Fútbol | Selección

"Quiero que al jugador se le pongan los pelos de punta"

Luis Aragonés visitó AS y expuso su filosofía como seleccionador

Luis Aragonés afronta con ilusión su cargo de seleccionador.
jesús aguilera y helios de la rubia

Luis Aragonés Suárez, 66 años, madrileño, castizo, más de mil partidos dirigidos en Primera División, seleccionador español, más alto de lo que pensabas, con más pelo, ameno conversador, divertido, definitivamente, y aunque le pese, sabio. Un señor que te convierte en víctima del síndrome de Estocolmo (o de Hortaleza) y a los diez minutos, lo ves, no diré guapo, pero sí resultón, lo que no quita para que nos gusten más las vigilantes de la playa, no confundan.

Si tienes prejuicios, los superas pronto. Lo imaginas hosco (adjetivo que utilizó él mismo y adjetivo que no usa cualquiera) y es muy probable que lo sea en determinadas ocasiones (míreme a los ojitos), no ayer, desde luego, y no desde que es seleccionador, cargo por el que se siente obligado a ser amable con todos y cada uno, lo repite con frecuencia, como quien pretende mantener una disciplina aunque le cueste. Da la impresión de ser una de esas personas a las que tienes que aguantar el primer arreón: si sobrevives, te respetará. No ayer, insisto.

Al poco tiempo también concluyes, no hace falta ser muy listo, que llevaba mucho tiempo esperando el nombramiento, porque parece feliz. Pero no es la felicidad del que viene a dar el mangazo, a vivir bien, no, no es eso, no creo que sea un tipo que aguante en una tumbona bajo los cocoteros, que resista la comodidad. Es la satisfacción del que piensa que le ha pasado el tren en el momento justo.

Viene con ideas diferentes. En la conversación surge varias veces, de su boca, la palabra código. Quiero recuperar códigos perdidos. Por ejemplo, quiero que los clubes estén enterados de todo lo que hacen sus futbolistas cuando están con el equipo nacional, de lo visible y de lo invisible. Por eso, les presentaremos informes detallados al respecto.

Esos códigos perdidos evitarán situaciones como las vividas en la pasada Eurocopa, cuando los futbolistas españoles, tras una eliminación que entristeció a todo el país, regresaron cada uno por su lado, en chanclas y camiseta, tatuajes al viento, más que como quien acaba de perder una batalla, como quien viene de un chiringuito o se dirige hacia él.

Luis propondrá que la selección se concentré después de los partidos y que duerman todos los jugadores en un mismo hotel, lo que impedirá regresos caóticos y fomentará el sentimiento de equipo. Pero no es una orden, el entrenador recalca eso. Pretendo convencer y también estoy abierto a que me convenzan. Por encima de todo, lo que propongo es el diálogo. Por eso quiero mantener un contacto fluido con los entrenadores de Primera División. Algunos, como Joaquín Caparrós (Sevilla), ya me han llamado para ofrecerme su colaboración.

En sus palabras hay un mensaje, sobre todo, de coherencia, de sensatez, y eso anima a quien escucha, acostumbrado a sufrir cada dos años después de haberse ilusionado mucho. Es más un discurso lógico que un canto a la disciplina, aunque también la incluye, pero aportando razones.

Vean. En contra de las preferencias de algunos futbolistas, Luis es partidario de las habitaciones dobles durante los periodos de concentración. Obviamente es algo que estimula el compañerismo. Pero no habrá compañeros fijos, sino que podrán ir variando según las necesidades del grupo. Grupo, equipo, esos conceptos se repiten mucho, tal vez porque la primera gran transformación es convertir a la selección en un equipo, y pocas veces lo ha sido, en pocas ocasiones ha pasado de congregación temporal. El seleccionador está seguro de que los jugadores recibirán sin problemas estas novedades siempre y cuando se les convenza de sus beneficios.

Más razones para la esperanza. Lo dije en Canarias y lo digo ahora: no habrá partidos amistosos para la selección española. Eso significa que no habrá experimentos frívolos repletos de cambios para quedar bien con los muchachos. A eso también ha puesto coto la FIFA, que limita a seis el número máximo de sustituciones permitidas en un encuentro que no sea de carácter oficial.

Bernardo Salazar, historiador del fútbol y portador de los viejos valores, lo celebra: ¡Para el equipo nacional no hay partidos amistosos!. Se refieren ambos a que es imprescindible que exista tensión y competitividad, compromiso, así lo exige la representación de un país y de un fútbol.

Luis sabe algo de eso. En su época de jugador (de 1960 a 1975, en Primera División) fue convocado 25 veces con la selección y sólo disputó once encuentros. Entonces no había componendas ni afán por quedar bien. No jugué demasiados partidos, tampoco se jugaban muchos entonces, pero entendía que había otros futbolistas buenísimos como Peiró, Del Sol o Luis Suárez que jugaban en el mismo puesto que yo.

La posibilidad de la suplencia debe ser aceptada, esto es importante, aunque eso no quita para que el jugador se rebele deportivamente y luche por su titularidad. El jugador que deja de ser titular debe enfadarse, antes que con nadie, consigo mismo. Luego puede hacerlo, si quiere, con el entrenador. Pero debe ser consciente de que la suplencia significa que hay algo que no está haciendo bien. Cuando jugando en el Atlético me sentaron por primera vez me enfadé muchísimo, pero pensé: este tipo tiene valor.

De cualquiera de sus comentarios se desprende la idea de la prioridad del equipo sobre los jugadores. Si hay algún futbolista que se cree demasiado bueno tal vez no deba jugar en España y sí hacerlo en Alemania o Brasil, bromea el entrenador.

Desde que llegué al cargo, la selección española es para mí la mejor del mundo, lo que no quiere decir que vayamos a tener partidos fáciles en la clasificación para el Mundial frente a conjuntos como el de Lituania. Pero debemos mantener la ilusión que despertó el equipo nacional en la pasada Eurocopa, el abrazo de la Selección.

Quiero que al jugador español se le pongan los pelos de punta, que desee competir y sumar. En mi pensamiento no cabe que haya algún jugador en España que no quiera acudir a la Selección.

Eso que dicen algunos futbolistas de que se retiran de la selección lo respeto, pero no lo entiendo, salvo en casos muy excepcionales, de jugadores a los que se quiera rendir un homenaje en su despedida, quizá como Zidane.

Luis ha visitado AS (presentación oficial como seleccionador) acompañado de Teodoro Nieto, uno de sus colaboradores (coordinador de las selecciones inferiores), el jefe de prensa de la Federación, Fernando Garrido, y Jesús Paredes, preparador físico de confianza, amigo y admirador incondicional e indisimulado. ¿Sabéis cuántos partidos perdió Luis como jugador de la selección?. Ninguno, se responde, algo que uno ya intuía por el entusiasmo de la pregunta.

Al rato, vuelve a la carga. ¿Cuál es el centrocampista que ha logrado más goles en el fútbol español?. Lo vuelves a intuir y vuelves a acertar, aunque se contesta él: Luis Aragonés, por delante de Arza. Paredes, que es muy afable, fue preparador físico de Alfredo Di Stéfano y pese a ser de Vallecas se le ha quedado un no sé qué porteño. Cuando Luis se quita la camiseta todavía se le distingue el número ocho en la espalda.

Hay que detenerse en Di Stéfano. Luis habla mucho de él y lo hace con auténtica veneración. Cuando el de Hortaleza jugaba en el Plus Ultra, filial del Real Madrid que deslumbraba en aquellos tiempos, La Saeta daba lecciones en el primer equipo. Hace pocos comentaban en la radio unas declaraciones de Di Stéfano en las que él mismo decía que había sido el mejor de todos los tiempos, que él era como Zidane, pero más rápido. El locutor apostilló que no tenía abuela. Y yo lo que creo es que Alfredo fue demasiado modesto, no había nadie como él.

Paredes no se contiene y recuerda unas palabras de Pedernera, delantero de La Máquina de River, compañero de Di Stéfano, rival ocasional de Pelé y buen conocedor de Diego Armando Maradona. Once maradonas ganarían a once pelés y once distéfanos vencerían a once maradonas y once pelés juntos.

Luis no llegó a jugar nunca en el Real Madrid porque Kopa, Rial, Di Stéfano, Puskas y Gento lo hacían materialmente imposible. Por eso fue cedido al Oviedo, luego recaló en el Betis y por fin en el Atlético de Madrid, donde fue nombrado técnico cuando aún era jugador. Sin embargo, estuvo a un paso de entrenar al Real Madrid cuando Ramón Mendoza era presidente, aunque no le gusta mucho hablar de eso, hay historias mejores.

Luis Aragonés se estrenará como seleccionador el próximo miércoles 18 contra Venezuela. En su primera lista no ha habido grandes sorpresas (Tamudo, si acaso), aunque hay siete bajas con respecto a los futbolistas que participaron en la Eurocopa. Una de las novedades más esperadas es la de Reyes, protagonista en la victoria del Arsenal sobre el Manchester United en la Charity Shield. Ahora mismo, Reyes está por encima del resto de futbolistas españoles. Estuvo fabuloso contra el Manchester y si ese partido lo hubiera hecho en España se hubiera caído el estadio.

Luis está al tanto de todo lo que ocurre en el fútbol español, de las promesas a los internacionales consagrados. Entre los jóvenes destaca al sevillista Navas o al mallorquinista Carmona. Por lo que se refiere a los veteranos, destaca la importancia de Raúl. Le vi francamente bien contra el Benfica en la pretemporada, se ofrecía mucho y le dio un gol a Morientes. Todavía tiene mucho que aportar.

Sin embargo, el seleccionador insiste en que esta primera lista está confeccionada con los jugadores que entiende más en forma, lo que deja la puerta abierta a otros futbolistas.

Lo que sí tiene completamente decidido el seleccionador es que no dará la alineación en vísperas de los partidos. Mi experiencia como entrenador me dice que muchas veces no conocer el equipo con el que jugará el rival supone una dificultad a la hora de hacer la alineación propia. Como no quiero dar facilidades no haré público qué jugadores salen de titulares, aunque se podrá intuir en los entrenamientos.

Luis resta importancia al sistema, incluso a la figura del entrenador como protagonista. El fútbol es de los futbolistas. Ya lo decía Pastoriza cuando criticaban sus alineaciones: Yo a los jugadores los coloco estupendamente, pero ellos luego se mueven.

En ese sentido, Teodoro Nieto recalca que más importante que el dibujo inicial es cómo se va desarrollando ese esquema a lo largo del partido. España, de momento, apostará por el 4-4-2, pero sin excluir en el futuro el 4-2-3-1. Pero insisto en que las aportaciones de Luis Aragonés van más allá de los aspectos técnicos. Por ejemplo, el seleccionador abre el debate sobre la posibilidad de que España juegue sus partidos oficiales siempre en el mismo estadio, como hacen otras selecciones, como Francia (Stade France). Es para pensarlo, apunta Aragonés.

Como se ve el espíritu Luis son más que rayas en una pizarra o listas de jugadores. Busco que nuestros futbolistas se sientan del equipo de España. Cuando un brasileño viste la camiseta amarelha los clubes son secundarios. Quiero que encontremos nuestra identidad. Di Stéfano le dio al Madrid una identidad ganadora y el Barça tiene la característica de ser el que mejor juega cuando juega bien, del mismo modo que en la idiosincrasia del Atlético está jugar a la contra.

El conocimiento de la psicología del futbolista es, sin duda, el punto fuerte de Luis. Los jugadores son como los actores, se olvidan de todo cuando están en el escenario y sólo buscan la gloria.

La conversación está repleta de anécdotas, de Mateos (el entrañable Fifirichi) a Hugo Sánchez, que explotó cuando lo pasó de extremo a delantero centro. Me asegura que acabará entrenando al Madrid. También sale el nombre de Etoo, casi un hijo (o un nieto). Alguien le pregunta a Luis si es cierto que el camerunés le dijo un día que su único defecto era no ser negro. Y Luis sonríe y asiente. Que llegue el Mundial pronto.