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Amistoso | Jef United 1 - Real Madrid 3

Raúl ya está entre los vivos

El capitán marcó su primer gol desde Mónaco en la portería del 'aguanís'. Guti hizo de Zidane y tuvo una actuación pletórica. Fallo de Iker

Raúl no marcaba un gol desde el Mónaco-Real Madrid del 6 de abril.

En diferido (esperemos que se acabe para siempre esta despreciable costumbre) o en directo, Raúl González Blanco es un valor tan fiable como lo era para nuestros abuelos guardar el dinero bajo la baldosa del desván. Llevamos medio año alimentando debates sobre su incuestionable bajón. ¿Físico? ¿Anímico? ¿Qué le pasa a Raúl? ¿Volverá? ¿Acabado? Vuelve, por Dios...

Para el carro. No existe en la historia del fútbol un jugador de semejante jerarquía que con 27 años recién cumplidos haya bajado la guardia. Paciencia. Los tipos nacidos en la parte más castigada del sur de Madrid jamás entregarán las llaves de la ciudad al enemigo sin antes quemarse a lo bonzo si fuese necesario. El Día de la Resurrección llegó en Tokio, lugar que el capitán ha definido orgulloso como nuestra propia casa. Lógica tanta devoción paisajística. En este mismo escenario, Estadio Nacional, Raúl marcó hace cinco años el gol que le hizo célebre en todo el mundo. El aguanís ante el Vasco de Gama llegó, curiosamente, en la misma portería en la que ayer rompió Raúl con 115 días de ceguera ante el arco. Su reencuentro fue académico. Con su pierna buena (la izquierda), desde la frontal, buscando la escuadra. ¡Imparable! Va por ti, Camacho de España.

El regreso de Laúl (versión nipona) llegó acompañado de otra gran noticia para este proyecto en obras. Guti, elegido por el destino para hacer de Zidane por un día, nos demostró que es capaz de hacer vals con el balón en los pies cuando juega sin presión y con galones. Ordenó, mandó, diseñó, oxigenó, encauzó, improvisó y maquinó todo tipo de maniobras que acabaron con la zozobra inicial. Guti es mucho Guti cuando se lo propone. Lástima que sea tan James Dean, tan Nick Nolte, tan seré diferente hasta que me muera. Si enterrase su perfil maldito, Guti sería carne de Abramovich. Perdón, Floren, no quería dar ideas al enemigo.

El caso es que el JEF United pareció durante veinte minutos el filial asiático del Manchester ídem. Ocho japos, un esloveno (Milinovic) y dos brasileños sin complejos con los idiomas (Marquinhos y Sandro). Poca chicha por mucho que en el banquillo estuviese un viejo zorro bosnio, Ivica Osim, el seleccionador de Yugoslavia que en el Mundial de 1990 tumbó a la España de Luis Suárez y la Quinta del Buitre en una tarde infame en el estadio Bentegodi de Verona.

El Madrid salió con esa caraja habitual en sus terroríficos inicios. De Lisboa a Tokio no hay tanta distancia. Sólo Samuel, ayer imperial, con mando, rango y personalidad, intentaba mantener el orden en un barco que hacía aguas por los cuatro costados y en el eje de la medular. El tal Marquinhos aumentó la sensación de fragilidad en el minuto 7. Falta desde 29,7 metros. Tan lejos, tan cerca.

Cantada.

Casillas se conforma con una barrera de tres. Se oyen los gritos desde la Puerta de Alcalá. Se colocan Figo, Beckham y Morientes. Mucho hueco. Iker, raro en él, se pone detrás, dejando media portería libre. Marquinhos, malo pero brasileño, al fin y al cabo, le pega como una mula. Casillas se tira tarde y se la come (perdón, a esas horas se la desayuna). Me preocupas, crack.

El madridista que está en la oficina (la mayoría en la playa, para qué engañarnos) sufre y sólo esboza una sonrisa cuando los compañeros de Antena 3, JJ Santos y José Antonio Luque, dejan caer un par de expresiones geniales: El Madrid está tirándose a las bandas o Este japonés es uno de los mejor dotados. Pero en mitad del eclipse apareció Guti, el Zidane de guardia. El rubio de Torrejón sacó el manual y lideró un centro del campo en el que Helguera hacía de bombero y Beckham llevaba una voz que sólo era cantante en los envíos a balón parado. Guti sacó el cartabón y Figo se unió a la fiesta con un pase de Laudrup. Exterior del pie derecho, pelota al área de Kushino (no confundir con Ushiro... nage), desmarque de Guti y el segundo capitán que cruza a la red con destreza y temple. 1-1.

Guti, de película.

Un tal Sato dio otro susto con un remate que nos heló el corazón antes de que Guti irrumpiese de nuevo con su película en 3-D. Pase entre líneas a Raúl y el capi, desde la frontal, mete su guante zurdo para firmar el 1-2. Su primer gol desde el 6 de abril en Mónaco. Ya está. Fin a la ansiedad. Eres Raúl, no un becario. Te adoran en Asia, te respetan en Europa y todavía eres objeto de envidia en España (buena señal, Rulo). El 1-2 tranquilizó a Camacho, cuyos gritos casi acaban con la megafonía del Estadio Nacional. Ronaldo y Zidane, dos turistas accidentales ayer, sonreían en ese banquillo de metacrilato en el que encontraron refugio dos de los seis galácticos. No será la primera vez esta temporada. Con Camacho se acabó el ciclo de Los Intocables.

Después del descanso llegaron los cambios, Helguera cogió su yo-yó y se fue a la zaga para cubrir el hueco que Samuel dejó tras suplirle Celades (¡vive!). El Muro puede estar orgulloso. Ya ha asumido su rol de sheriff. Núñez, Bravo y Solari entraron en la rueda, Casillas mostró su perfil Curro Romero (tras la pifia del 1-0 evitó el 2-2 con una mano prodigiosa) y solamente Morientes quedaba inédito a pesar de sus estériles vuelos sin motor. Beckham estuvo a punto de agotar los flashes de su entregada barra brava japonesa. Sacó una falta con sus nuevas botas, que combinan el color plata con el rojo, basándose en la filosofía Yin y el Yang. La plata representa la pureza y lo valioso, y el rojo el poder, el corazón y la respiración. Si llega a meterla lo sacan a hombros. No me extraña que Vicky muera por sus huesitos y que la alcaldesa de Jerez diga que huele a coco. Por eso este Madrid siempre será diferente. Duela a quien duela.

EL DETALLE: RONALDO SUDÓ EN SOLITARIO

Nadie puede negar que Ronaldo se ha tomado muy en serio esta pretemporada. A pesar de ser baja por la tendinitis que arrastra, el brasileño hizo carrera continua durante cuarenta minutos antes del partido, con el fin de probarse. El crack espera jugar el domingo ante el Tokio Verdy.

Raúl, el MVP, no marcaba un gol desde el Mónaco-Real Madrid del 6 de abril

Raúl cerró ayer en Tokio una herida que le tenía sangrando por dentro desde hacía casi cuatro meses. El capitán blanco llevaba desde el 6 de abril sin ver puerta. Aquella noche fatídica ante el Mónaco, que supuso la eliminación de los blancos de la Champions, Raúl marcó el 0-1 ante el equipo de Morientes y Giuly. Un tanto estéril por la espectacular remontada de los monegascos (3-1). Su gol ante el JEF United y su actuación merecieron por parte de la organización el ser elegido MVP del partido, con un premio de 8.000 euros y el consumo un año entero de chocolates Meiji. Raúl donará el dinero.