"A Benítez le daban un año, dos, tres... Era poco serio"

Es usted el terror de los clubes. Usted lleva a Rafa Benítez, a Mista, a Manzano... Lleva un verano calentito.

Mire, tengo 50 años y de esos me he pasado 20 como agente y siempre con una máxima: respeto máximo por mi representado. Nunca dejaré que los utilicen, pese a quien pese. Por eso confían en mí.

¿Y qué hace un manchego como usted pegándose de despacho en despacho si su vocación, que lo sé yo, es la abogacía?

Uno es de Porzuna, y eso marca mucho. Allí somos luchadores por naturaleza. Nada nos arruga. Es cierto que soy abogado, pero siempre me apasionó el fútbol. De joven jugué en Regional Preferente y vi que no valía, pero pronto supe que tenía un don: suelo acertar en el criterio de elección de jugadores que acaban de empezar. Me la jugué trayendo al Atleti a dos chicos de Córdoba, Orugo y Fernández, en la época de Marina, Pedro Pablo y Julio Prieto. Y hasta hoy.

¿Por eso le dicen que es el agente que le hace los fichajes al Atleti?

Eso no es verdad. Les ayudo mucho, pero yo sé mis límites. Lo que ocurre es que Carlos Aguilera, cuando era un crío de 18 años, me abrió las puertas de esta profesión y me dio la alternativa al pedirme que le llevara sus cosas, y luego llegó Toni, el actual director deportivo, el portero Diego... No olvide que ya en la época de Vicente Calderón me propusieron ser directivo del Atleti. Dije que no, pero sí fui ojeador de ellos.

Se le ve bien vestido. No lo niegue. Esto de ser agente deja mucha pasta fácil.

Para empezar, los agentes arrastramos una fama injustificada de mafiosos y trincones que duele mucho. Trabajo 15 horas diarias y si mis jugadores creen en mí es porque hago con ellos más labor de padre que otra cosa. El dinero es secundario. La gente nos confunde con los intermediarios, que sólo hacen una gestión concreta para facilitar una operación y cobran su parte. Ser agente es otra cosa.

Su representado Manzano acabó molido a críticas por lo de Movilla y mire ahora. Movilla se va.

Manzano tomó una decisión de acuerdo con el club. Movilla no entraba en sus planes y debió entenderlo por respeto a sus compañeros. Manzano le habló muy claro y le dijo que no iba a tener minutos. No le engañó. Yo creo a Manzano.

Mista, segunda revolución. 1998 en el Madrid y 2004 con el Valencia. Es usted reincidente. ¿Tanto le va a usted la marcha?

No me va la marcha, no. Yo me instalo siempre en la racionalidad de las cosas y el sentido común. Me lo inculcó mi padre y eso hago. En el Madrid B Mista era el máximo goleador y se le puso una clásula de 1.000 millones con una ficha ridícula. Es como si en un curso sacas sobresaliente y te hacen repetir. Pirri sabe que en el Madrid profetizaron que este chico sólo era jugador para estar en Segunda. Por eso se fue al Tenerife.

Y acabó en el Valencia. Y fue el goleador del histórico doblete. Pero no valoran a su killer...

El jugador llevaba negociando un contrato desde hace cuatro meses. La oferta fue baja, él siguió rindiendo y goleando, pero el interés del Valencia no era muy grande. De hecho, el año pasado ya quisieron traspasarle. Nunca le han tenido excesiva fe. Si uno quiere resolver un problema lo ataja rápido. No somos rebeldes, ni irracionales ni locos.

Siempre pareció que Rafa Benítez estaba bajo sospecha a pesar de todo lo que ha ganado en Valencia. ¿Por eso se fue de allí?

A Rafa lo conozco desde que estaba en infantiles del Madrid. Cuando aterrizamos en Valencia hace tres años llegamos en precario. Pocos le conocían, no se llamaba Capello, Bianchi o Lippi. Le veían en el Consejo de Accionistas como un chaval sin experiencia ni tablas. Pero Javier Subirats dio la cara por él y con un informe personal salvó su contratación.

Ya empezó mal el cuento. Con desconfianza mutua.

Sí, Rafa veía que ni los resultados le otorgaban el crédito que merecía. Es injusto que un tío que le gana al Valencia la Liga después de 31 años esté en dudas. Le dio al Valencia consistencia, mecánica, el Valencia era un equipo-equipo con Benítez. Que la gente sepa que Rafa me dio orden expresa de que quería seguir y que negociase con el club. Lo hice. ¿Le cuento la llave de por qué se fue?

Ardo en deseos.

Antes de acabar la Liga le ofrecieron un año más de contrato, cuando el Valencia cantó el alirón en Sevilla le ofrecieron dos, y tras ganar la Copa de la UEFA... ¡tres! Poca seriedad. Rafa vio que el trabajo de tres años no había servido de nada. Sólo valoraron los resultados de un mes. Eso erosionó el concepto que tenía Rafa y decidió irse. Fue coherente.

¿Volverá al Real Madrid después del torazo del Liverpool?

Él es muy buen entrenador si dispone de una gran plantilla, y no creo que le falten las gambas para completar la paella. Se la darán. Realizará una gran labor allí y claro que ese escaparate, al ser de lujo, le podría en el futuro abrir la puerta del Madrid. ¿Por qué no?

Recomiéndele dos fichajes buenos a Florentino para su Madrid.

Marchena y Baraja, dos monstruos. ¡Éstos no valen 5.000 kilos y son españoles!

Yo sé que a Baraja le tocaron.

No digo que el Madrid negociase por él, pero sí que una persona de su confianza preguntó cómo estaba Baraja en el Valencia. Y esa persona sabe que no miento...