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Amistoso | Benfica 2 - Real Madrid 2

Un Madrid con pegada

Dos goles de Ronaldo y Morientes dieron lustre al estreno de Camacho. Samuel dejó algunas dudas en su debut. Beckham estuvo brillante

<b>PARTIDO DE CHAMPIONS. </b>Iván Helguera tuvo que fajarse, primero como central y luego como centrocampista, ante un rival que este año se encontrará en Europa.

El Madrid ya está de vuelta. El clásico. El de siempre. El que no te engaña. En un escenario noble (Nuevo Estadio de la Luz), ante un rival histórico, el Benfica del legendario Eusebio, y con un entrenador (Camacho forever) que ha recuperado el orden, el orgullo y las constantes vitales que se perdieron en ese agujero negro provocado por el mozambiqueño más osado y desconcertante que uno haya conocido (Queiroz). No se recuperó todavía el discurso de la victoria y se repitieron peligrosos tics del pasado (encajar un gol en el minuto 1 y otro en el 90 es de traca e impropio de un grande), pero el 2-2 final jerarquiza la nueva apuesta. De hecho, sólo la ratonería del brasileño Giovanni (ex del Barça tenía que ser) esterilizó un triunfo cantado. La voz de los goles llegó de los remates certeros de Ronaldo y Morientes. Bien. Este Madrid tiene pegada. Su primer concierto de verano estuvo adornado con argumentos futbolísticos que permiten aventurar buenos tiempos para los inquilinos del Bernabéu.

Sólo un lunar que se resolverá con seguridad en cuanto que aprenda los códigos de este equipo. Walter Samuel estuvo disperso, lento y dejó espacios al enemigo. El croata Sokota lo dejó en evidencia en más de una ocasión. Sabemos que en Italia jugaba muy arropado (Chivu, Zebina y Panucci le daban cobijo), pero aquí debe saber el muro argentino que defender en el Madrid es como alistarse con los boinas verdes. Cada partido es una excitante aventura... Lo positivo es que fue de menos a más y en la segunda mitad cumplió su misión con más decoro. Pero él ha venido para marcar las diferencias y debe asumir pronto ese rol.

Tampoco se me escapa un detalle reconfortante. Faltaba Figo y Camacho puso en su lugar a Núñez, su relevo natural. Me imagino la que hubiera organizado Queiroz: Raúl Bravo reinventado como extremo diestro y Beckham desplazado a la banda para tapar sus deslices. Ahora imperará la lógica. El fútbol no es una rosaleda, es un espectáculo donde todos ya nos conocemos. Carlos, sin ira.

Los clásicos darán por buenas las tablas. Y eso que el Madrid de Camacho vino al mundo de nalgas. 1-0 en la mochila antes de que el murciano hubiese tenido tiempo de quitarle el polvo a ese banquillo al que dignificó durante año y medio que en Lisboa nadie ha olvidado. No imagino peor manera de empezar un proyecto. Es como si estrellas tu coche contra un árbol el día que lo estrenas. Tuvo que ser una de las caras más reconocibles del Benfica, el esloveno Zahovic (fino estilista), el que tardase 63 segundos en rescatar de la memoria de los madridistas los siniestros totales registrados en ese abril y mayo de infausto recuerdo (Osasuna, Mallorca, Murcia, Real Sociedad...).

Empieza a crisparme que los rivales encuentren una autopista hacia el cielo cada vez que se acercan al área de Casillas. Guti y Beckham llegaron tarde a cerrar espacios, al inglés le rebotó la pelota y Zahovic soltó un latigazo desde la frontal que desriñonó a Iker. Fue un batazo en la cara nada más levantarte de la cama. Brutal. Pero con Camacho algo importante se ha ganado. Capacidad de reacción. Los grandes equipos se miden por el nivel de sus respuestas cuando toca remar río arriba. Y no imagino mejor manera de levantarse de la lona.

Ronie, en su línea.

Apenas un minuto después, llegó un córner cargado de significados para la temporada que se avecina. Camacho, que se lo curra en los entrenamientos, ha ensayado en Montecastillo los saques de esquina con apoyos en corto. Beckham envió a Raúl, devolución del capitán y el inglés que se saca una rosca sublime desde la derecha. Zidane, del que sabemos que tiene la cabeza bien amueblada desde que le dio a Francia un Mundial con su rasurada testa, remató con estilo. Yannick, que no es Noah y es blanco, se lanzó felinamente. Pero por ahí, un poquitín en fuera de juego, apareció O Rei, el mítico, para sellar el 1-1. Ronaldo, astifino como ahora o con alforjas como hace unos meses, siempre es el abrelatas perfecto. En un fin de semana plagado de héroes (Fernando Alonso, Borja Valero, Schumacher, Armstrong, Dani Pedrosa...), Ronie no podía faltar a su cita con el Olimpo de los elegidos.

Y no quedó ahí la réplica. Dos minutos después Beckham se sacó la espina de sus dos penaltis eurocoperos errados en este estadio al lanzar un misil desde 25 metros. La fría madera escupió tanta belleza, que Raúl arregló remachando el 1-2. Posición legal. Pero el ayudante de Bruno Paixao no estaba por la labor. Lógico. Centenario, 40.000 palmeros a la causa, Figo te queremos, luego nos tomamos unas cañas y viva el Pacto Ibérico. Pero quédense con la copla. Raúl jugó los 90 minutos y estuvo hiperactivo. Camacho lo recuperará para la causa.

Lo peligroso de este Madrid es que tiene una tendencia absurda a morir de autocomplacencia. Cuando le va todo bien, se las ingenia para mirarse al espejo y dejarse llevar de una forma lastimosa. Abandonan la presión y el rival resucita. Si el enemigo tiene como símbolo a un águila real deberían haber sido más precavidos. El rapaz más peligroso del Trapattoni Team era un croata que parece recién huido de una escaramuza con los chetniks serbios. A Samuel lo tuvo loco y en una de sus apariciones obligó a Casillas a recordarnos que, salvo que algún iluminado me demuestre lo contrario, sigue siendo de largo el mejor portero de Europa.

Otra lectura interesante de la velada. Helguera es un yo-yó de lujo para su equipo. ¿Que toca apostar por el dúo Guti-Beckham para buscar el control de la pelota? Iván, vete atrás con Samuel. ¿Qué hay que dar descanso a David y buscar más presencia física en la medular a la espera de Vieira (el deseado) o Emerson (el recambio más cercano)? Iván, si no te importa, sube 30 metros a echar una mano. Ahí quiero ver al cántabro. En el segundo acto del partido vi un Madrid más compacto y seguro, más entero en la recuperación de balones y espacios. Guti y Beckham juntos es como pedirle a un ludópata que pase la noche en el casino con un millón de euros en el bolsillo sin gastarse un duro. Camacho lo sabe y por eso Florentino debe remangarse para darle a su técnico un central o un tanque para la medular. Hasta el 31 de agosto hay margen. No perdamos la fe.

La hora del Moro.

El carrusel de cambios consiguió que en el estadio de la Luz todos se dedicarán a hacer la ola (si no estás disfrutando de ellas en la playa échale imaginación), hasta que de nuevo apareció la pegada de este gigante en construcción. Con Ronaldo en el banquillo, sólo Morientes podía igualar su carta de presentación. Raúl Bravo se lanzó por la banda izquierda en plan Roberto Carlos, sacó un centro bien diseñado, el Moro mostró su versión más cutre en el primer remate (semifallo torpón), pero sacó su instinto criminal para arreglar el desaguisado con un remate eléctrico e imparable, que diría Camacho. 1-2 y el Moro reivindicado tras decidir quedarse entre los suyos. Ronaldo tendrá competencia este año, porque Camacho no hará con él el destrozo que Queiroz protagonizó con Portillo. El chaval emigrará a Italia para endurecerse y regresar con la mili hecha. Portigol triunfará en el calcio y su viaje debe ser de ida y vuelta.

El Benfica no será igual sin Camacho y me da la sensación de que al míster lo van a echar de menos. Es un equipo fiado a la potencia descomunal de Miguel (un carrilero con trapío) y las genialidades del trío Zahovic-Simao-Giovanni. Demasiado poco para un Madrid que, en condiciones normales, debería haber rematado a los centenarios. Pero ahí surgió el equipo errático de finales de curso pasado. Córner, un enano que cabecea sin oposición (Giovanni) y los pavones (Pavón y Mejía) desconcertados. Samuel, no era la noche de Argentina, ya no estaba en la pradera.

Pero esos pecadillos se arreglarán con la penitencia que Camacho impartirá con seguridad. Aquí nadie bajará la guardia. Este Madrid tiene un motor mucho más fiable.

Invitación por el centenario

El Benfica decidió invitar al Real Madrid a este partido porque se conmemoraba el centenario del club portugués y se consideró que no había rival más prestigioso que los blancos para un acto tan importante. Este encuentro lo retransmitió Antena 3, que ofrecerá también toda la gira por Asia.