Primera | Real Madrid
"El fútbol es un misterio; no garantizamos títulos"
Junto a su eufórica junta directiva y arropado por jugadores legendarios de la historia del club como Di Stéfano y Gento, Florentino Pérez tomó posesión de su cargo en un Bernabéu vacío de público pero repleto de autoridades. El presidente prometió a los socios que les compensará por su apoyo.
Arropado por la totalidad de su junta directiva (sólo se echó en falta a Fernando Fernández Tapias y a Ramón Calderón, éste último en Vitoria por motivos profesionales, pero sí compareció el inhabitual Juan Abelló) y por el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, Florentino Pérez tomó ayer posesión de su cargo a las ocho y cuarto de la tarde. Justo un día después de proclamarse por aplastante mayoría presidente del Real Madrid. Por si quedaban dudas, Manuel Redondo, Director de Gabinete, recordó el escrutinio final de la mayor victoria electoral de la historia del club: Arturo Baldasano, 513 votos (1,70%); Lorenzo Sanz, 1.222 (4,05%), Florentino Pérez, 28.416 (94,25%).
En el palco de autoridades del Bernabéu aplaudían con ganas algunas de las glorias más venerables de los 102 años de existencia del club: Di Stéfano, Gento, Amancio, Pachín, Antonio Ruiz, Benito... También estaban por allí Ángel María Villar, todavía presidente de la Federación Española de Fútbol; Cándido Méndez, secretario General de la UGT; Santiago Fisas, consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid; Antonio Gardé y Pedro Antonio Martín Marín. No estaba Butragueño, lo que alguno malinterpretó como una secuela de la curiosa actitud del icono blanco de los años 80 al decidir votar el domingo en una cabina tras recoger las papeletas de los tres candidatos. Emilio estaba en Portugal representando al club en el partido de los amigos de Figo. No problem, friend.
Florentino subió a un atril acristalado, instalado en una plataforma montada en un Bernabéu con el cielo abierto (ya llegará la cubierta dentro de tres años). De presidente (electo) a presidente (de Honor). Florentino se abrazó a Alfredo Di Stéfano antes de arrancarse con un discurso sentido y emocionado.
Eufórico.
FP se sentía en su salsa: La confianza que han demostrado los socios en nosotros ha sido abrumadora y emocionante. Ellos nos harán trabajar de inmediato. La entrega será nuestra bandera. Tras una ovación respetuosa, el presidente de la goleada en las urnas envió un mensaje para el futuro: Estamos en un nuevo tiempo y asumimos que han sido cuatro años maravillosos. Pero no somos conformistas. Vamos a hacer un Madrid más fuerte. El futuro empieza hoy.
La presencia de Di Stéfano y Gento jerarquizaba las palabras del presidente que aspira a ser un digno aprendiz del que fue el legendario jefe de ambos: Santiago Bernabéu de Yeste. Florentino respetó su legado: En el Madrid me enseñaron siempre que nunca perderíamos el derecho a seguir soñando. Seguimos teniendo ideas, ilusión y ganas. Ese es nuestro reto. Pero....
El único pero llegó en forma de meditada cautela estratégica: El fútbol tiene mucho de misterio y por eso no podemos garantizar títulos, pero sí que les digo que construiremos un proyecto que permita aspirar a esos éxitos que siempre esperan de nosotros los madridistas.
El mensaje sonó a cura de humildad tras un año que prometía cosecha del siglo y acabó en temporada de barbecho. Los peñistas allí reunidos (Peña Valdemoro, Opañel, Reyes de Europa, Barajas, Alvarado, Rivas...), estaban seguros de que su presidente seguirá los designios de Camacho y acabará con los recuerdos amargos de este año de excedencia, como señalaba con humor uno de ellos.
Después se reunió la directiva (sólo cinco minutos, fue testimonial) y fueron a cenar al restaurante Araceli, en la Casa de Campo. Y comieron perdices...