Este es un equipo de catorce titulares

Empezar bien es lo que se pide en estos casos, y hemos empezado bien. No tanto como nos pareció en el primer cuarto de hora, en el que Baraja pareció dispuesto a ganar la Eurocopa él solito y sin más dilación, pero bien sin ninguna duda. El equipo dejó sensación de manejar varios registros y siempre flotó un par de codos por encima de los rusos. El mayor pero fue que en la fase de juego más espectacular remató poco. Curiosamente, al descanso Casillas llegó con tres paradas de mérito y su colega ruso sólo una. Quizá porque el buen juego de Vicente no se completó con buenos pases. Quizá porque Etxeberria hizo poco...

Cuando avanzada la segunda parte España empezaba a dar muestras de pasarlo mal (muy fatigado Baraja, bastante Vicente, flojo Raúl...) Sáez inició los cambios. Y resultó Xabi Alonso devolvió a España el control y Valerón agradeció la oportunidad con un gol casi inmediato a su salida. Una apertura de Xabi por la derecha, una subida corajuda de Puyol, un centro y Valerón que en ese estanque de cocodrilos que es el área se mueve como un cisne y la mete dentro. Ese gol tan parsimonioso, tan de su estilo, fue seguido de unas cuantas jugadas marca de la casa. Jugador grande, al que las circunstancias impiden ser titular.

Pero es que este no debe ser visto como un equipo de once jugadores, sino de catorce, como Sáez ha confesado sus íntimos. Y el que va por delante no tiene que ser necesariamente el mejor, sino el que más desgasta al contrario. Es una teoría que ya formulaba Javi Clemente en su victorioso Athletic. Algunos lo tomaban como excusa para reservar a Sarabia, pero había mucho de verdad en eso. El Sarabia de Sáez es ahora Valerón, con la ventaja de que no se queja. Y el número catorce es el Niño Torres, que tardó más en salir pero se hizo notar, y mucho. Dos amenazas para Raúl, que en esta Eurocopa va a pasar exámenes muy duros.