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Primera | Celta-Real Madrid

Media Liga en Vigo

El Real Madrid no se reserva para la final y tira de Raúl, Zidane y Roberto Carlos para acabar con su gafe en Balaídos y lejos de casa.

<b>MÍCHEL SALGADO EN SU TIERRA.</B> Fue el jugador más solicitado a la llegada del Real Madrid a Vigo.

En condiciones normales, el Madrid acudiría a Vigo a exhibirse como un pavo real sacando pecho con tres de sus cuatro joyas de la corona: Raúl, Zidane y Roberto Carlos. Pero como dice Víctor Fernández, "está Liga está realmente loca". Si lo estará que hasta un hombre tan ponderado y ejemplo de equilibrio mental como Del Bosque, lanzó ayer un dardo a la diana propagandística del Celta. El salmantino recordó que mucho llorar esta semana con el asunto arbitral y resulta que al final tres de sus damnificados (Mostovoi, Cáceres y Catanha) van a jugar esta noche en Balaídos y que, efectivamente, fue el Betis y no el Real Madrid el que el domingo sacó los colores a los vigueses, varados desde que en la jornada 23 se hiciesen con el liderato.

El Celta sólo ha sumado dos puntos en las últimas cuatro jornadas y su fútbol se ha espesado hasta opacar su línea de ataque, y eso que es la más efectiva del Campeonato tras su rival de este 2-M. El Madrid lo tiene más sencillo para resolver su debate interno. Pura cuestión de psicología. El Real Madrid logró en Das Antas quitarse de encima el complejo que le tiene malherido lejos del Bernabéu en esta Liga, dado que desde el 8 de diciembre no sabe lo que es regresar a la capital con tres puntos en la mochila.

Además, Balaídos es un escenario que históricamente aterroriza a los blancos, hasta el punto de que sus apariciones por Vigo dan un balance más desalentador todavía que en sus desplazamientos al Camp Nou. Y ya es decir...

Los gallegos respiran porque con Mostovoi en el campo han recuperado el referente de su campo de creación, con Giovanella y Luccin guardándole las espaldas en su afán por anular a Zidane con un marcaje zonal que buscará fagocitar el juego sedoso y elegante del marsellés. Lo único cierto es que el Madrid necesita que Zidane saque de nuevo su chistera para dar un golpe de autoridad en la Liga. Un triunfo fuera de casa, en territorio de uno de sus rivales por el título y tras casi tres meses de sequía supondría un valor añadido a esos tres puntos que el campeón precisa para no perder la estela del Valencia.

El Celta intentará que su killer particular, Catanha, recupere ese olfato que ha extraviado en las últimas semanas. El hispano-brasileño ha perdido el gol y los celestes lo están pagando caro. El Celta no puede especular más con factores externos. Sólo la victoria puede redimirle. Pero el Madrid está de reformas y, aunque lo nieguen sus hombres, con el rabillo del ojo (al más puro estilo Andújar) estarán pendientes de la final del Centenario. La Copa obsesiona y en este país se habla de ese partido como si fuese el Día del Juicio Final.

Solari se gana un puesto

Ha quedado claro en las últimas semanas que Solari se ha ganado con creces un sitio entre el 11 titular del Real Madrid. Su versatilidad, su llegada a gol y su velocidad lo convierten en un comodín de lujo. Hoy puede jugar en lugar de Macca o bien de pivote por Flavio. Está en alza.