NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

REAL MADRID

¡Hey Florentino!

El presidente del Real Madrid disfrtutó con el cantante de una velada que tuvo al equipo blanco como el principal tema de conversación.

¡Hey Florentino!
KORPA

Florentino Pérez está disfrutando de una segunda juventud. Tras presentar a Zidane (9 de julio), cerrar el gratificante capítulo de las cuentas (con un beneficio de 5.300 millones de pesetas) y anunciar la creación de una comisión investigadora sobre la turbulenta gestión financiera de la era Sanz/Onieva, cogió un vuelo a Palma de Mallorca, se perdió en su yate Pitina II con su familia y ya lleva dos semanas disfrutando en Palma de Mallorca y en Ibiza de la navegación, las paellas y el sol.

En un ambiente tan lúdico, el mandatario madridista ha dejado en casa, aunque ayer regresase por unas horas a la capital para ver el Madrid-Inter, la camisa azul y la corbata de seda. En la noche del lunes, disfrutó de la compañía de uno de sus ídolos musicales, Julio Iglesias. Un madridista confeso que pasó una velada única con Florentino Pérez y la mujer de éste, Pitina, en un conocido restaurante de Puerto Portals.

La noche dio para mucho. Sobre todo para que Florentino constatara que el cantante español más universal demostrase una sabiduría sobre la actualidad madridista inhabitual en un personaje de la bohemia. Julio dejó alucinado a Florentino: "¿Sabes? Un día me encontré a Agnelli y le dije que si era posible que permitiese que el Madrid contratase a Zidane. Ese sí que es un fichaje de lujo".

El mandatario madridista no cabía en sí de gozo. Se encontró con el millonario vendedor de discos en la presentación del concierto que Julio Iglesias dio anoche en Palma y terminaron concertando una cena. Curioso. El que de crío soñó con jugar en el Real Madrid (al final apostó por el mundo del espectáculo musical) invitó a Florentino al concierto: "Julio, ¿no recuerdas que este martes juega el Madrid con el Inter?". Estaba dispensado. La noche siguió hablando del Madrid, del Madrid, del Madrid...