Netflix recopila los mejores momentos de Jesse en 'Breaking Bad' y la risa es inevitable

'Breaking Bad' no solo se ha convertido en una de las series más aclamadas de todos los tiempos por la historia que cuenta la dramática evolución de los personajes. La serie fue además protagonista de un humor solo apto para aquellos que saben reírse de las desgracias provocadas por un Jesse demasiado impulsivo (y drogadicto) y un Walter que, aunque muy ingeligente, estaba algo falto de experiencia en el negocio la droga.

Por ello, cuando pensamos en Jesse Pinkman, además de venirnos a la cabeza todos los malos momentos que pasó desde que volvió a toparse con su profesor antes de convertirse en Heisenberg hasta que fue secuestrado por la banda de neonazis, no podemos evitar reírnos con sus chistes más improvisados.

Y para recordarnos los mejores momentos y volver a generarnos la máxima expectación ante la película de 'El Camino', que se estrena el 11 de octubre, a Netflix no le falta imaginación: la cuenta de Youtube de la plataforma en Latinoamérica ha publicado las frases que, sin querer serlo, han hecho leyenda del personaje que protagoniza Aaron Paul en forma de humor.

'Yo', 'bitch' y el famoso contestador: las frases más recurrentes de Jesse

Sobre todo en las primeras temporadas, cuando Jesse era aún demasiado joven y su estado habitual era tener efectos de marihuana o metanfetamina en el cuerpo, el personaje se hizo experto en reírse de las ocurrencias de Walter (como aquello de cocinar la droga desnudo para que la ropa no cogiera olor o elegir un desguace de coches para negociar porque lo había visto en las películas) y en demostrar que le faltaban dos dedos de frente (jamás olvidaremos la escena en la que un cadáver atraviesa el techo de la mítica casa de su tía). Y, por supuesto, todo acompañado de un "jo" y un "bitch" en cada frase.

Y si tu nivel de frikismo por 'Breaking Bad' llega a límites insospechados, puede que incluso recuerdes lo que decía el famoso contestador de Jesse Pinkman cuando no contestaba a las llamadas de un Walter que, al otro lado de la línea, esperaba al borde de la histeria.