Entramos en el mes de junio, y con ello en los últimos días para presentar la Declaración de la Renta en el plazo establecido. El día 30 de este mes es el último para entregar la declaración del ejercicio fiscal del año pasado. Una vez que hacemos todas nuestras cuentas, llega el momento de saber qué pasará con nuestra declaración: que nos salga a devolver o que nos salga a pagar.

En el segundo de los casos, por poca que sea la cantidad, siempre supone una mala noticia para el contribuyente. A través de las deducciones siempre se busca ahorrar algo de dinero, pero no siempre es posible. Y es especialmente doloroso cuando la cantidad a pagar a Hacienda es elevada, pues para la Agencia Tributaria no hay excusas: si te sale a pagar, tienes que cumplir con tus obligaciones.

Qué hacer si te sale a pagar

El hecho de que te salga a pagar significa que, durante el ejercicio fiscal pasado, no has aportado la cantidad de impuestos que te correspondía, por lo que ahora debes hacer ese 'ajuste'. En algunos casos la cantidad puede ser grande y, si nos encontramos en una situación económica delicada, es importante saber que hay alternativas para reducir su impacto directo.

La primera opción, es la de fraccionar el pago de lo que tenemos que devolver a Hacienda, que ofrece esta posibilidad a todos los contribuyentes. Las condiciones son las mismas, con un máximo de dos plazos: el primero al entregar la declaración, y el segundo en el mes de noviembre. En el primero de ellos se deberá abonar el 60% del importe, quedando el 40% para el segundo. Si optamos por esto, debemos marcar la casilla correspondiente, que se encuentra entre las últimas del borrador.

Otra posibilidad es la de solicitar a Hacienda un aplazamiento del pago, algo que se puede realizar desde la sede electrónica del organismo. Antes de pedirlo, deberás tener a mano la documentación que acredite tu situación económica, como recibos, justificantes de pagos o deudas. No obstante, será Hacienda quien tendrá la última palabra sobre si se te concede o no. Además, se deberán afrontar unos intereses de demora del 3,75%.

Finalmente, la tercera de las opciones es la de financiarse a través del banco, puesto que algunos ofrecen créditos para afrontar las deudas que tengamos con Hacienda. Pero para eso, debemos demostrar cierta solvencia, pues sin ello difícilmente nos lo concederán.