La enfermedad denominada Dirofilaria immitis –conocida como 'gusano del corazón'– se produce por un parásito sanguíneo del mismo nombre y provoca una dolencia cardiaca grave. La transmisión se produce mediante la picadura de mosquitos. Una vez que el perro ha sido infectado, las larvas viajan por el sistema circulatorio y se instalan en las cámaras cardiacas y vasos pulmonares.

La enfermedad se diagnostica principalmente en perros de dos a ocho años y no muestra síntomas hasta que la enfermedad está muy avanzada, con tos, dificultad para respirar, fatiga y adelgazamiento.

Situación en España y expansión

Esta afección ha estado asociada anteriormente a los países del sur de Europa, aunque en las últimas décadas se ha expandido hacia los países del norte y este del continente europeo.

España es un país donde el riesgo de infección se sitúa en niveles moderados/altos. A pesar de ello, los estudios señalan que, en relación con el número de afecciones y a la extensión del país, los casos “han sido escasos y mayoritariamente localizados”.

Científicos de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Salamanca han publicado un último estudio para actualizar la situación epidemiológica de dicha enfermedad, así como para analizar los factores climáticos o geo-ambientales de los resultados.

Para la investigación, se han analizado cerca de 10.000 muestras de sangre de perros procedentes de todas las provincias, ciudades autónomas e islas de España. La prevalencia media obtenida ha sido del 6,47%, mientras que las prevalencias superiores al 11% se localizaron en el noroeste y el sur del país.

El estudio señala que este tipo de enfermedades se extienden, actualmente, de forma rápida, debido al cambio climático o la globalización (por una mayor movilidad entre fronteras).

Expertos solicitan detección precoz y prevención

El número de casos identificados es superior que los recogidos en estudios previos. Esto, indican los expertos, “pone de manifiesto la necesidad de llevar a cabo programas específicos de detección precoz del gusano del corazón en perros, el análisis de los factores de riesgo, la identificación de los vectores transmisores y la realización de campañas de prevención”. Estas medidas de control son necesarias para la prevención porque la enfermedad no suele manifestarse hasta alcanzar estados de gravedad, que pueden provocar la muerte del animal. La única prevención que existe en la actualidad es mediante tratamientos antiparasitarios y la vacunación veterinaria.