Los cinco conflictos en los que está Rusia
Las fuerzas rusas encabezadas por su presidente, Vladímir Putin, mantienen "conflictos congelados" en el Donbás, Moldavia, Georgia, Siria y Nagorno-Karabaj.
Rusia mantiene presencia en muchas guerras por momentos inactivas en la que considera su zona de influencia. Son los llamados "conflictos congelados", los cuales varían en intensidad siempre en función de cuántas ganas tenga el Kremlin de intensificar sus fuerzas y presionar a sus oponentes al otro lado de la frontera. En la actualidad, presiona a Occidente con los conflictos de Georgia, Moldavia, Donbás, Siria o Nagorno-Karabaj.
Ucrania es tan solo un capítulo más en sus aspiraciones bélicas y geopolíticas del presidente de Rusia, Vladímir Putin. Por ello, es necesario realizar un repaso sobre los cinco conflictos en los que está inmerso Rusia en la actualidad:
Georgia
En el año 2008, Moscú inició una ofensiva contra el país con el apoyo de las repúblicas prorrusas Osetia del Sur y Abjasia. En el primer caso, se ha reavivado la llama de la autodeterminación con la guerra en Ucrania como pretexto. Este conflicto congelado podría retomarse en caso de que el mandatario ruso quisiera.
Esta guerra fue conocida como el conflicto de los Cinco Días, debido a que las tropas rusas entraron directamente y arrasaron todo aquello que encontraron a su paso. Mucho tiempo después, los georgianos siguen recordando la dureza de este conflicto. Por ello, su posicionamiento a favor de Ucrania es tal que ha presentado la solicitud de entrada en la Unión Europea, por el temor de que Putin repita sobre Tbilisi la misma estrategia que preaparó sobre Kiev.
Transnitria
Transnitria, ubicado entre Ucrania y Moldavia, se declaró independiente en contra de la posición de Chisinau y Moscú la trata de esta manera porque es una especie de almacén de unas 20.000 toneladas de armamento ruso desde la Guerra Fría, albergando a 2.000 activos de las tropas rusas.
Se encuentra estrechamente ligada a los valores de la URSS y podría servir como intermediario para que Moscú atacase a Moldavia, otro país que se junta cada vez más a Occidente y ha pedido ser candidato a la UE. En las última semanas, se han incrementado los ataques en la zona, vinculados a "actos terroristas" tanto por parte de las autoridades locales como por parte de Rusia.
Donbás
El este de Ucrania se ha vuelto a convertir en el centro de la invasión rusa del país, tras el fracaso de Moscú con su plan a gran escala, el cual incluía la toma de Kiev. Las tropas rusas han tenido que recalcular su estrategia, para concentrar toda su fuerza en una región sumida en la guerra bajo el pretexto de Putin de "proteger a la población prorrusa".
Esta zona fue el germen de las revueltas del Euromaidán que provocaron la caída de Viktor Yanukoivh, el último presidente prorruso que tuvo Ucrania y que, en la actualidad, se refugia en Moscú. El objetivo de Rusia es controlar la totalidad de la región.
Siria
Es otro claro ejemplo de conflicto congelado por Vladímir Putin. El presidente sirio, Bashar al Asad, no podría haber seguido en el poder de no ser por el apoyo ruso. El papel de Moscú es determinante en una guerra que se mantiene activa, puesto que el curso de los acontecimientos depende de las decisiones que tome el Kremlin.
Y es que las fuerzas rusas realizan maniobras para asustar a los Bálticos: Estonia, Letonia, Lituania e incluso Polonia. Todos ellos han sufrido incursiones aéreas de cazas rusos, algo que se ha expandido hasta países como Suecia o Dinamarca.
Nagorno-Karabaj
En la región de Nagorno-Karabaj se han producido enfrentamientos entre Armenia y Azerbaiyán, que han servido a Rusia para conservar su influencia. Vladímir Putin tiene especial interés en que la zona se mantenga bajo un "caso controlado", debido a que se han llevado ataques en la actualidad, pese a existir una fuerte reducción con el paso del tiempo. Recientemente, las versiones azerí y armenia acerca de las tropas rusas conllevó un incremento de la tensión.