Durante la madrugada del próximo sábado 26 al domingo 27 de marzo deberemos adaptarnos, una vez más, al horario de verano. El cambio de esta época del año supone adelantar el reloj una hora, por lo que a las 02:00 serán las 03:00. Esto significará que esta noche dormiremos una hora menos y que, a partir del domingo amanecerá y anochecerá más tarde.

Aunque al principio los amaneceres serán más oscuros, a medida que se aproxime el verano los días se irán alargando paulatinamente hasta que en junio se puedan alcanzar las casi 15 horas de luz diurna. Por las tardes, cada vez tardará más en anochecer, algo que agradecen muchas personas porque sienten que pueden aprovechar más los días y tienen más vitalidad. Por su parte, la Comisión Europea considera que este horario favorece al ahorro en el consumo de energía y provoca impactos positivos sobre sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo, los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio.

No obstante, hay que tener en cuenta que no amanece o anochece a la misma hora en el este que en el oeste. De hecho, puede haber incluso algo más de una hora de diferencia desde una punta a otra. Por ejemplo, Vigo (Pontevedra) es la ciudad europea en la que más tarde anochece.

¿Último cambio de hora?

En 2018, el Parlamento Europeo propuso suprimirlo y promovió una consulta ciudadana en la que se votó mayoritariamente a favor (84%), pero la decisión final recae en cada país. Cada miembro de la Unión Europea elegirá qué horario le beneficia más y tendrá tres opciones: quedarse en el horario de verano en el que entramos cada mes de marzo, en el de invierno que se implanta en octubre o si mantiene los dos cambios de hora anuales.

Por el momento, España no ha tomado una decisión concluyente. No obstante, el BOE del pasado 15 de marzo nos deja una pista. En el documento, el Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática ha fijado el inicio y el final del horario de verano desde 2022 hasta 2026.