El neón es miembro de la familia de los gases nobles. Es protagonista también de la guerra en Ucrania por su potencial para la fabricación de microchips. Desde hace unos días se ha suspendido el abastecimiento de neón desde esta zona en guerra.

En gas clave para la fabricación de chips, y según Wired, cerca de la mitad del suministro mundial parte de Ucrania, aunque muchas compañías se han apresurado a confirman que tienen stock de sobra, como SK Hynix, Intel Corp, GlobalFoundries, United Microelectronics Corp o Malasia Unisem.

En Estados Unidos el gobierno ha pedido a la industria que diversifique sus. Más del 90% del neón de grado semiconductor del país procede de Ucrania y el 35% del paladio que se utiliza también en sensores y memorias, tiene su origen en Rusia. Por lo que ambas tecnologías están comprometidas.

La historia se repite

En el año 2014, durante la guerra de Crimea, se registró un episodio de escasez de gas neón que provocó que los precios se disparasen hasta un 600%. Aumentaron costes y se registraron retrasos en los envíos por la falta de materias primas y la salida de productos del país. En aquel momento la dependencia era de casi el 70%.

En Odesa, una ciudad costera, tiene su sede la compañía Cryoin Engineering, una de las que está siendo más comprometida.

Cómo se utiliza el gas neón

El gas de neón es esencial para los láseres que se usan para grabar patrones en las obleas de silicio y dar forma a los chips. En Ucrania, marcan como Cryon o Iceblick se encargan de tomar el neón que se produce en la vecina Rusia como un subproducto de la fabricación del acero y lo tratan para adoptarlo a las necesidades del momento.

Y es que el sector de los semiconductores, afectado aún por los cuellos de botella en China y por el fuerte aumento de la demanda, podría sufrir más si se cortan las exportaciones de neón. Ucrania produce alrededor del 70% de las exportaciones mundiales de este gas, y el 90% del que se utiliza para los semiconductores estadounidenses.