¿Qué son los Acuerdos de Minsk y por qué son importantes en la guerra Ucrania-Rusia?
Este protocolo de paz, firmado por Rusia y Ucrania, buscaba poner fin al conflicto entre ambos países del 2014, pero que no ha sido cumplimentado hasta la fecha.
Uno de los primeros y principales detonantes de la ofensiva dirigida por Vladimir Putin hacia Ucrania fue el reconocimiento de Donetsk y Lugansk, como territorios independientes, y que se encuentran actualmente amenazados militarmente por el adentramiento de las ropas rusas en estas zonas situadas el este de Ucrania. Esta tensión diplomática entre ambos países ha contado con las suficientes herramientas para poder congelarse por completo, pero las diferencias territoriales entre Rusia y Ucrania han alimentado las llamas del conflicto.
Los Acuerdos de Minsk, firmados entre 2014 y 2015 entre ambos países tras varias intentonas y bajo la supervisión de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), centraba sus objetivos en erradicar y poner fin al conflicto, algo que se aprobó, pero que actualmente ha quedado en segundo plano debido a las últimas ofensivas lanzadas por Rusia en suelo ucraniano. Del mismo modo, el líder ruso confirmó que la firma “quedó cancelada” antes de que el Kremlin reconociese estas regiones independientes la pasada semana.
¿Qué se aprobó en los Acuerdos de Minsk?
Principalmente, una de las condiciones del acuerdo firmado entre ambos países en la capital de Bielorrusia, era poner un alto al fuego, ya que el conflicto se había cobrado la vida de muchos civiles ucranianos. Además, se acordó la retirada del cargamento armamentístico de primera línea y de las tropas de separatistas prorrusas que inundaban el este del país. También, la OSCE consideró una amnistía para todos aquellos involucrados directamente en el desarrollo de los conflictos.
Tras el primer intento fallido en la firma del acuerdo, un año más tarde se trasladó a Minsk otras condiciones pactadas, donde algunos líderes europeos, entre ellos Angela Merkel y François Hollande, intervinieron para cerciorarse que todo lo firmado fuese cumplimentado posteriormente por Rusia y Ucrania. El acuerdo se alcanzó gracias a la adopción de una nueva Carta Magna y acompañada de una reforma constitucional en Ucrania, con el objetivo de recuperar el control de su frontera con Rusia.
No obstante, desde su firma hace siete años, ambos países no han cumplimentado los compromisos firmados en Minsk, ya que durante la configuración del escrito la OSCE ha supervisado “un frágil alto el fuego”, pero que no frenó por completo el conflicto entre estas dos naciones. También, estos acuerdos son rechazados por una gran parte de la población, ya que consideran que están descompensados, ya que el objetivo es descentralizar al Ejecutivo ucraniano y así conceder a Rusia las regiones del Donbass.