Desde la detección de Ómicron, Austria fue uno de los primeros países europeosenanunciar restricciones por el incremento de los contagios. En noviembre, el Ejecutivo austriaco anunció un confinamiento para no vacunados y para los que no tuvieran la pauta completa de vacunación.
Pese a las restricciones de movilidad, los ciudadanos sí podían salir de sus domicilios para acudir a sus puestos de trabajo, a los centros educativos, y también para comprar productos de primera necesidad en farmacias y supermercados, mientras que actividades como la hostelería o el ocio nocturno echaron el cierre. Además, otra de las decisiones del país fue decretar la vacunación obligatoria contra la COVID-19
Esta medida fue aprobada por cuatro de los cinco partidos políticos que componen el Parlamento. Los controles para comprobar la vacunación comenzarán a partir del mes de marzo.
Para evitar casos de personas que continúan sin recibir la dosis de la vacuna contra el SARS-CoV-2, las autoridades italianas multarán a los mayores de 50 años que no estén vacunados. Al igual que en Austria, deben alegar razones médicas que justifiquen su decisión de no vacunarse.