En China, 1.210 millones de habitantes ya han recibido la pauta completa de la vacuna contra la COVID-19, lo que supone casi el 90% de la población. Según indica El Mundo, a la mayoría de los vacunados se les ha administrado las soluciones de Sinopharm y Sinovac.

Estas vacunas protegen contra la COVID-19 inyectando el coronavirus inactivado y tienen una eficacia menor que las inyecciones que utilizan la tecnología ARN mensajero (Pfizer y Moderna) Las vacunas de AstraZeneca y Janssen emplean el adenovirus, un vector viral.

Nuevas vacunas chinas

Así, China comienza a trabajar en las vacunas de ARN mensajero. Según un estudio llevado a cabo por investigadores de Shanghái, con la llegada de Ómicron la efectividad de la vacuna de refuerzo de Sinopharm registró una "reducción significativa". Otra investigación de Hong Kong demostró que tres vacunas de Sinovac no protegen lo suficiente contra la nueva variante de la COVID-19.

A finales de 2021, el Ministerio de Ciencia y Tecnología de China aprobó los ensayos de una vacuna que utiliza el ARN mensajero para las inyecciones de refuerzo, la ARCoVax, desarrollada por Walvax Biotechnology, Suzhou Abogen Biosciences y la Academia de Ciencias Médicas Militares. Los ensayos clínicos de esta vacuna ya se han llevado a cabo en México e Indonesia, aunque todavía no se conocen los resultados.

Por otro lado, Sinopharm y Sinovac han asegurado que están desarrollando otras vacunas que utilizan en ARN mensajero para frenar la COVID-19 y la compañía china CanSino está creando una vacuna contra Ómicron cuya respuesta es casi igual de eficiente que las de ARN mensajero.