Los contratos de los trabajadores de Amazon suelen tener una remuneración superior a las de muchas otras empresas del sector, pero también cuentan con cláusulas curiosas. Una de ellas, la 42.10 de los términos legales de la filial de servicios de Amazon, fue renovada en diciembre e incluye una autorización para usar uno de sus productos más conocidos en una hipotética situación de apocalipsis zombie, en la que "los cadáveres humanos revivan y traten de consumir carne humana viva".

El documento completo consta de 64 páginas y fija las condiciones para poder utilizar todos los servicios de los que consta su filial, Amazon Web Services (AWS). Estas prestaciones son, entre otras, bases de datos, espacio de almacenamiento en servidores, pasarelas de pago y motores para el desarrollo y ejecución de videojuegos online.

No obstante, este último servicio, también llamado 'Lumberyard', consta de múltiples prohibiciones de uso. Amazon no permite utilizarlo en control de aeronaves o de tráfico aéreo, equipos médicos, instalaciones nucleares, misiones militares de combate, naves espaciales tripuladas, sistemas de transporte automatizados ni vehículos autónomos. Aunque existe una excepción: la citada cláusula 42.10.

Viral en redes sociales

Esta, que entró en vigor en 2016, desarrolla durante 11 líneas la autorización expresa para usar dicho servicio si se produce una apocalipsis zombi: "Esta restricción no se aplicará en caso de que ocurra (…) una infección viral generalizada transmitida a través de picaduras o contacto con fluidos corporales que haga que los cadáveres humanos revivan y traten de consumir carne humana viva, sangre, cerebro o tejido nervioso y es probable que conlleve la caída de la civilización organizada".

Por tanto, la empresa estadounidense permite usar Lumberyard para frenar una posible amenaza zombi. Este servicio podría utilizarse para diseñar, como si fuese un videojuego, un arma o una aplicación para deshacerse de la plaga, cumpliendo "con la política de uso aceptable de AWS".

La renovación de esta cláusula, que se produjo el 3 de diciembre, ha causado alboroto e incredulidad a partes iguales en redes sociales. Puede ser un efectivo truco publicitario para que se hable de AWS y Lumberyard o una especie de guiño al trabajador para ganarse su complicidad, pero sea como sea en Amazon están preparados para un apocalipsis de muertos vivientes.