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La onda de presión del tsunami de Tonga se nota en Valencia

La violenta explosión acontecida en el volcán Hunga Ha'apai se ha hecho notar en todo el mundo y ha provocado variaciones en el nivel del mar.

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La onda de presión del tsunami de Tonga se nota en Valencia.
NEW ZEALAND DEFENCE FORCE via REUTERS

La explosión que ha vivido el volcán submarino Hunga Ha'apai en Tonga, a la que ha seguido un tsunami, ha sido una de las más violentas de los últimos 30 años a nivel mundial. Tanto que se ha hecho notar, literalmente, al otro lado del mundo. La Comunidad Valenciana, situada a miles de kilómetros de distancia de las 169 islas que componen Tonga, ha sufrido las consecuencias de la sacudida del volcán, registrando variaciones en la presión atmosférica y en el nivel del mar en toda la comunidad.

Así lo ha informado la delegación valenciana de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), cuyo registro en el barógrafo el sábado a las 20:30 horas dibujaba "un trazo suave" y de repente comenzó a reportar gráficas erráticas en el registro de la presión, que se sucedieron hasta la madrugada del domingo.

Estas alteraciones también fueron registradas por los aeropuertos de Valencia y Alicante, con una diferencia en el momento de detección de cinco minutos entre ambos. Además, la variación en las ondas de presión atmosférica ha tenido como consecuencia la alteración del nivel del mar, que según los mareógrafos de Puertos del Estado ha sido de 20 centímetros.

Se desconocen los daños causados

Pero la Comunidad Valenciana no ha sido el único territorio situado a miles de kilómetros que ha podido registrar las ondas de presión provocadas por la erupción del volcán de Tonga. Servicios meteorológicos de todo el mundo han comprobado estas alteraciones, entre ellos el australiano, situado más cerca, que observó cómo la onda de choque de la explosión viajaba alrededor del mundo a más de mil kilómetros por hora.

Las mismas fuentes señalan que la onda de presión alcanzó Europa quince horas después de la erupción del volcán, generando variaciones en la presión de entre dos y tres milibares. Aunque se desconoce aún el alcance de los daños que ha provocado, Australia y Nueva Zelanda se encuentran investigando la zona con aviones militares de reconocimiento, aunque la nube de 260 kilómetros de diámetro que ha provocado la explosión complica las tareas.