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La pregunta por la que un magnate da un millón de dólares: tiene 29 respuestas

El magnate hotelero Robert Bigelow ofrece dicha cantidad para aquellos que demuestren la existencia de vida más allá de la muerte.

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La pregunta por la que un magnate da un millón de dólares: tiene 29 respuestas

La posible existencia de vida más allá después de la muerte es una de las grandes incógnitas que la ciencia, después de múltiples teorías y experimentos realizados a lo largo de la historia, no ha conseguido responder.

Sin embargo el magnate estadounidense Robert Bigelow, especializado en los sectores inmobiliario y aeroespacial, pretende dar respuesta a este gran enigma. El multimillonario lanzó el pasado mes de enero una convocatoria de ensayos con diferentes premios para aquellos científicos que pudiesen demostrar con pruebas contundentes y refutables la siguiente tesis. "La posibilidad de supervivencia de la conciencia humana más allá de la muerte corporal".

Dicha convocatoria finalizó el pasado mes de agosto, y en ella se pedía a los participantes responder a esta cuestión con una tesis de 25.000 caracteres. Se establecieron diferentes premios a los ganadores en función de su clasificación en el concurso. Este fue el resultado.

Jeffrey Mishlove, ganador del premio mejor remunerado

Con respecto a los premios, se estableció que el ganador del concurso se llevaría medio millón de dólares. El segundo clasificado, 300 mil dólares y el tercero, 150 mil dólares. Para los 12 finalistas la cantidad ascendió a los 50 mil dólares, mientras que aquellos que no clasificaron para la final ganaron solamente 20 mil dólares.

El ganador de este concurso fue Jeffrey Mishlove. Este psicólogo clínico estadounidense, con su ensayo 'Más allá del cerebro: la supervivencia de la consciencia humana después de la muerte corporal permanente', se basó en diferentes elementos para responder a esta gran cuestión. Entre ellos, destacaron algunos como casos de reencarnación, experiencias cercanas a la muerte o casos de xenoglosia.

Por su parte, el cardiólogo y científico holandés Pim van Lommel se llevó el segundo premio, después de concluir que la muerte "solo es el final de nuestra corporeidad", y el científico Leo Ruickbie, se llevó el tercer mejor premio.