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Las señales que alertan que estamos ante una nueva extinción masiva de especies

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Las señales que alertan que estamos ante una nueva extinción masiva de especies
Jeffrey Arguedas EFE

Hace más de 250 millones de años, nuestro planeta sufrió la mayor extinción de su historia debido un grave cataclismo. La conocida extinción masiva del Pérmico-Triásico o, más informalmente, la Gran Mortandad, acabó con el 90% de toda la vida existente en el momento. Aproximadamente el 95% de las especies marinas y el 70% de las terrestres desaparecieron de la Tierra.

Ahora, los científicos advierten de que podría aproximarse una extinción similar. Por ello, aunque todavía estamos lejos de las concentraciones de gases de efecto invernadero que precedieron a este catastrófico evento, resaltan la necesidad de tomar medidas globales con urgencia para prevenir un nuevo desastre que ponga en riesgo la existencia de la humanidad y el resto de especies.

Similitudes entre ambas épocas

En una reciente investigación publicada en la revista Nature, el paleobotánico del Museo Sueco de Historia Natural Chris Mays y un grupo de científicos comparan las posibles similitudes entre las condiciones que condujeron a ‘La Gran Muerte’ y los impactos que está teniendo hoy en día el cambio climático en el planeta. Concretamente, observaron que las proliferaciones de algas y bacterias tóxicas durante la aquella época son similares a la multiplicación microbiana que se está produciendo actualmente en los lagos y ríos.

Hay tres elementos principales que intervienen en la creación de estas floraciones microbianas tóxicas: un aumento de los gases de efecto invernadero, as altas temperaturas y la entrada de nutrientes a las vías fluviales. Durante el final del Pérmico (EPE, por su siglas en inglés), las erupciones volcánicas proporcionaron los dos primeros, mientras que la deforestación repentina causó el tercero. Y estos tres ingredientes se pueden encontrar en nuestros días debido, en parte, a la actividad humana, con lo que se podría dar el mismo resultado catastrófico.

Mays reconoció en declaraciones a Vice que todavía no estamos en las mismas condiciones: “Probablemente hubo un aumento seis veces mayor del dióxido de carbono durante el EPE, pero en la actualidad estos niveles aún no se han duplicado desde la época preindustrial”. Sin embargo, advirtió de que “debido al exorbitante incremento actual del dióxido de carbono, estamos poniéndonos al día con bastante rapidez”. Asimismo, señaló que “las posibilidades de eventos de proliferación microbiana dañina, junto con muchas otras facetas nocivas del cambio (por ejemplo, huracanes intensos, inundaciones, incendios forestales), también aumentan”.

¿Qué podemos hacer para evitar la catástrofe?

No obstante, el experto aclaró que a diferencia de las especies que sufrieron las extinciones masivas del pasado, nosotros tenemos la oportunidad de prevenir estas floraciones tóxicas manteniendo limpias nuestras vías fluviales y reduciendo nuestras emisiones de gases de efecto invernadero”. Así, una de las acciones más importantes que podemos hacer es proteger los bosques del planeta, pues capturan CO2 del aire y limitan la cantidad de nutrientes de las vías fluviales.