La Palma se enfrenta a otro gran peligro: las lluvias
David Calvo, vulcanólogo de Involcan, señala que es necesario retirar la ceniza antes de que llueva porque, cuando se moja, puede alcanzar un peso "enorme".
Las calles de La Palma llevan una semana teñidas de gris y negro debido a la ceniza que cae del volcán de Cumbre Vieja, causando malestar a los ciudadanos y generando una amenaza de cara a octubre, cuando lleguen las lluvias a la isla, según ha alertado el portavoz del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcal), David Calvo.
El vulcanólogo ha señalado que habrá que pensar qué se hace con toda esta ceniza porque ha caído tanta que en algunas zonas de exclusión los coches encallan, como en una playa. Asimismo, ha advertido de que, cuando la ceniza se moja, puede llegar a tener un peso “enorme” y “tumbar” un edificio. Por ello, ha planteado la necesidad de acceder a las zonas evacuadas para limpiar tanto los accesos como las viviendas, ya que la ceniza “lo tupe todo”.
Para facilitar la labor de los dispositivos de emergencia que trabajan en la erupción, el Cabildo de La Palma ha reforzado también la limpieza de la ceniza en las carreteras y vías de evacuación, tarea en la que colaboran los ayuntamientos de la isla, así como los cabildos de Gran Canaria y Tenerife, que han desplazado máquinas quitanieves.
Previsión meteorológica
Problemas de salud y limpieza
La ceniza expulsada por el volcán cubre ya más de 1.300 hectáreas, según el sistema de satélites de observación terrestre europeo Copernicus, es la responsable de que las compañías aéreas hayan cancelado sus vuelos con destino y salida La Palma.
Además, está ocasionando daños en las vías respiratorias y en la piel de los ciudadanos. “Nos cuesta respirar, se mete por todos los rincones del cuerpo, la nariz, los ojos, la piel te pica. Esto no es nada bueno”, explica en NIUS una chica de la zona. “Si, es una pasada, cuando llegas a casa te lavas y es como si vinieras de la playa”, comenta otra joven. “Está tapándolo todo, los desagües, los cristales las ventanas, los tubos de escape de los coches y los motores. No hay tregua”, lamenta una mujer.
Los vecinos también temen por los efectos que va a tener la ceniza en sus bienes materiales: “Tengo miedo porque me va a estropear las placas solares. Son de cristal y no sé cómo limpiarlas”. “Las azoteas son otro problema, ayer sacamos más de 75 kilos de ceniza... El peso es peligroso para los tejados, por eso no dejamos de limpiar”, remarca otro hombre.
Las plantaciones también se están viendo afectadas, pues los dueños intentan regar las hojas, los plátanos o las flores y todo está negro, lleno de ceniza. Si bien esta actúa como abono, no debe haber más de dos metros, pues si no puede asfixiar las plantas.