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La falta de chips frena la producción de coches en España

Varias plantas de producción han tenido que paralizar momentáneamente su productividad debido a la falta de materiales indispensables para su fabricación.

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La falta de chips frena la producción de coches en España

La llegada de la pandemia, además de suponer un impacto directo en materia sanitaria, ha generado también diversos efectos en la economía a nivel mundial. En estos últimos meses se ha constatado la escasez de semiconductores (chips), que han afectado a al capacidad de producción de diferentes fabricantes.

En esta última semana, varias plantas de producción españolas han visto cómo han tenido que poner freno a la fabricación por la falta de estos. Seat, Ford o Mercedes han tenido que paralizar su actividad en España por la falta de algunos componentes electrónicos, necesarios para la fabricación final de sus vehículos.

Paralelamente a este hecho, muchos fabricantes todavía mantienen a algunos de sus trabajadores en Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), en la mayoría de casos hasta el final del presente año, a la espera de que queden atrás los problemas de suministro.

¿Pero por qué ahora faltan estos semiconductores? Lo cierto es que el cambio en los hábitos durante la pandemia ha tenido su incidencia. Además de en los vehículos, estos chips también están presentes en cualquier producto digital, cuyo uso aumentó con la llegada de la COVID. Así, los fabricantes no han podido atender a este fuerte incremento de la demanda.

 

Menos matriculaciones

 

La asociación de fabricantes de automóviles Anfac confirma a la agencia EFE que la escasez que hay actualmente de semiconductores provocará una caída de las matriculaciones a final de año: se espera un 25% por debajo de lo marcado en 2019, un año antes de la pandemia. Ya en la primera mitad de año cayeron un 18% respecto a 2020 y un 33% frente al año anterior.

Retrasos en las plantas

La fábrica de Stellantis en Vigo tenía previsto para su producción durante toda la semana pasada, reanudó su actividad el pasado viernes solo en una línea de producción, el mismo día en que la planta de Opel de Figueruelas volvía a operar tras para el pasado 22 de agosto.

Misma situación la que se vive en la planta de Seat de Martorell, en Barcelona, que el pasado día 20 tuvo que parar la producción por la falta de chips, que le impiden continuar con su operativa habitual. Ya durante los meses de junio y julio cerró días concretos por este motivo, y el pasado viernes detuvo su nueva línea de fabricación excepcional.

No es algo aislado, puesto que también se repite las fábricas de Mercedes en Vitoria o de Ford en Almussafes (Valencia). En el caso del fabricante alemán, retomarán la actividad el día 6 de septiembre, aunque "debido a la alta incertidumbre existente" se avisará esta semana.