Miles de jóvenes de varios países europeos participaron en una fiesta ilegal en una finca privada situada a orillas del lago Mezzano, en la provincia italiana de Lacio. La policía consiguió este jueves desalojar el recinto después de varios días de celebración y ya ha detenido a varias personas.

La reunión comenzó el 14 de agosto y estaba previsto que se alargara hasta el 23, pero la polémica desatada tras los graves incidentes registrados, entre ellos al menos una muerte, ha provocado que concluya antes de tiempo.

Stefano Bigiotti, alcalde de Valentano, la localidad donde está ubicada la finca, ha calificado la fiesta de “perversa y vergonzosa iniciativa” que ha comprometido “la seguridad de toda la comunidad local”, tanto por la situación de pandemia como por los posibles daños ambientales. Por ello, Bigiotti ha pedido además que los responsables sean “identificados y llevados ante la justicia sin demora”.

La organización

Los organizadores de la fiesta se coordinaron a través de las redes sociales y de aplicaciones de mensajería como Telegram y WhatsApp. Entre ellos, una red de grupos de WhatsApp de distintas ciudades italianas, según han confirmado a As fuentes con acceso a algunos de estos canales.

La fiesta se celebró en una finca agrícola privada. La noche del 13 al 14 de agosto, los organizadores accedieron al recinto tras romper su verja. Entonces, enviaron la ubicación del lugar, que había sido mantenida en secreto hasta entonces, por los distintos canales de mensajería.

Los miles de asistentes acudieron al lugar en automóviles, entre ellos decenas de caravanas, que aparcaron en una explanada dentro de la finca. Algunos de los vehículos estaban equipados con potentes equipos de sonido para poner música a la “rave”.

Las principales vías de acceso fueron rodeadas al poco tiempo por las autoridades italianas para impedir la entrada de más personas. Para entonces, unas 8.000 personas habían accedido al recinto y otras consiguieron entrar después por otros caminos.

El propietario de la finca, Piero Camilli, declaró al diario italiano La Stampa que “venden heroína y cocaína en mi terreno” y denuncia que los perros de quienes acudieron a la “rave” mataron a varias de sus ovejas.

Graves incidentes

El pasado lunes, un joven italo-inglés de 25 años fue hallado muerto en el lago por un grupo de buzos. A pesar de ello, la fiesta no se detuvo y hasta cinco de sus participantes fueron hospitalizados por comas etílicos y consumo de drogas. Uno de los ingresados, además, ha dado positivo por coronavirus.

Asimismo, según informó el diario italiano "La Repubblica", se han producido hasta tres denuncias por violaciones y se han avistado perros que han muerto por el calor o por inanición. También se han denunciado robos de móviles y otros efectos personales.

Completado el desalojo

Tras 6 días de fiesta ilegal, la presión de las fuerzas italianas consiguió que los asistentes fueran abandonando el recinto. Muchos de ellos han sido identificados a la salida. Según informó ayer la radiotelevisión pública italiana, “no queda nadie” en la finca, aunque aún permanecen algunos vehículos que no han sido reclamados.

Ahora, la policía investigará a los asistentes y a los organizadores, incluidos sus grupos en canales de mensajería. El punto y final a la "rave" ha sido, precisamente, un mensaje de "Game Over" en algunos de estos grupos.

Dada la falta de medidas de seguridad como el distanciamiento o el uso de mascarillas, las autoridades temen que la macrofiesta se convierta en un nuevo foco de contagios de COVID-19 y que los miles de jóvenes que asistieron propaguen a su vuelta el virus por toda Europa.