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Alertan de una plaga de mosca negra tras la ola de calor

La proliferación de estos insectos afectará principalmente a Aragón, Cataluña, Comunidad Valencia y Madrid, con mayor presencia en las riberas de los ríos.

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Alertan de una plaga de mosca negra tras la ola de calor
Pixabay

La fuerte ola de calor que ha pasado nuestro país ha favorecido la proliferación de la mosca negra, una especie autóctona de apenas 6 milímetros, pero cuya mordedura puede provocar un pequeño desgarro en la piel y ser muy dolorosa. Así, la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) advierte sobre la posibilidad de que llegue una plaga de estos insectos que afectaría principalmente a Aragón, Cataluña, Comunidad Valencia y Madrid. Tiene una mayor presencia en las riberas de los ríos, donde se reproduce, especialmente en las de aquellos que están limpios, y concretamente en la vegetación flotante, la cual queda al descubierto cuando el nivel del agua desciende por las elevadas temperaturas.

“Las altas temperaturas son uno de los factores principales para que se produzca un pico en el volumen de población de mosca negra”, explica Jorge Galván, director general de ANECPLA. “Su ciclo de vida, que puede completarse desde unos días hasta varios meses, puede llegar a reducirse a la mitad cuando hace mucho calor, como ocurrió la semana pasada, produciéndose así un boom demográfico y, consecuentemente, un aumento de picaduras”.

La virulencia de este insecto aumentará en el futuro

Los expertos estiman que la población y virulencia de este insecto se seguirán expandiendo año a año por la geografía española como consecuencia del cambio climático, por lo que piden extremar la precaución: “No es una especie invasora, la mosca negra es autóctona, pero desde hace varios años se observan picos agresivos en sus ataques a humanos. De ahí que veamos tan necesario hacer frente a esta plaga, que se está convirtiendo en un problema de salud pública”, asevera Galván. Por ello, señala que “las labores de prevención son especialmente importantes a la hora de minimizar su impacto”.

De hecho, en algunas zonas ya se han tomado medidas para controlar la población de la mosca negra. En junio, Zaragoza anunció que reforzaría los tratamientos con la utilización de drones zona del río Ebro, capaces de ayudar a esparcir el larvicida necesario en aquellos puntos del río donde es complicado acceder con barca o donde no llega el tratamiento habitual con las motobombas. “Los drones nos permiten llegar donde no pueden entrar las barcas y, además, con ellos se puede expandir más producto, y sobre superficies más amplias”, aseguró la consejera municipal de Servicios Públicos, Natalia Chueca.

Mordedura peligrosa

Las labores de prevención que apunta el director general de ANECPLA son importantes porque la virulencia de la mordedura de la mosca negra es ya mucho mayor que la de otros insectos. “El problema fundamental de este insecto es que no pica, sino que muerde en forma de sierra, generando una herida de consideración importante y pudiendo dar lugar a infecciones y reacciones alérgicas muy alarmantes, que en algunos casos requieren hospitalización”, precisa.

Además, es complicado detectar que nos está mordiendo porque el insecto inocula una pequeña dosis de anestésico, con lo que el individuo no nota nada. Después, su saliva es la que suele provocar fuertes cuadros de alergia y dolores fuertes en la zona. Finalmente, suele salir una roncha de varios centímetros que puede incluso sangrar, acompañada de una elevada hinchazón que puede durar hasta un mes.

¿Cómo evitar o tratar la mordedura?

A diferencia de otros insectos voladores, la mosca negra actúa por el día y tiene la capacidad de introducirse bajo las prendas para lograr su propósito, con lo que debemos estar alerta en cualquier momento. Para evitar en la medida de lo posible que nos muerda, o al menos dificultarles su intención, ANECPLA lanza los siguientes consejos:

- Vestirse con ropa clara, sin colores demasiado llamativos que puedan atraer a los enjambres.

- Evitar pasear por el curso de los ríos o zonas cercanas a los mismos, especialmente a última hora de la tarde.

- Instalar mosquiteras en puertas y ventanas en las zonas de riesgo.

- Evitar la acumulación de agua en el exterior de la vivienda y mantener cubiertos los depósitos de agua, además de controlar los desagües.

- Usar repelentes certificados, especialmente los que contienen citronela.

Si, pese a seguir todas estas indicaciones, nos muerde uno de estos ejemplares, es importante no rascarse, ya que puede empeorar la herida y hacer que se infecte. En este caso, se aconseja aplicar hielo para bajar la inflamación o una pomada con un corticoide suave. “Pero, sin duda, es recomendable acudir de inmediato al hospital o centro de salud más cercano e informar del caso para evitar un empeoramiento de la reacción”, aconsejan desde ANECPLA.