¿Por qué en Madrid hay edificios con carteles de "asegurada de incendios" y que significan?
Los carteles se encuentran en los barrios más antiguos de la capital y empezaron a colocarse a principios del siglo XIX. Se sitúan sobre la puerta principal.
Paseando por el casco antiguo de Madrid podemos encontrar una infinidad de edificios con el cartel que señala "asegurada de incendios". Pueden variar en el tamaño, el color o la forma, pero no el sitio, se sitúan sobre la puerta principal de las fachadas. Son un resquicio del pasado de los edificios, y aunque ahora han perdido su utilidad hace muchos años tenían una muy importante.
El gran incendio de Londres
Todo empezó en 1666, en el gran incendio de la capital inglesa. El fuego arrasó con una gran parte de la ciudad. Durante tres días y tres noches Londres fue víctima de las llamas que destrozaron más de 13.000 casas y algunos edificios emblemáticos como la catedral de San Pablo. La madera de las viviendas se consumía ante la mirada impotente de los vecinos que no conseguían apagar el fuego, ya que, entonces no existía ningún organismo especializado en extinguir incendios.
Aquella tragedia, que marcó no solo a la ciudad sino al país, hizo que el economista y constructor Nicholas Barbon creara The Fire Office, la primera oficina especializada en seguros de incendios de casas y edificios. Esta empresa contaba con un grupo especializado para la extinción de incendios que acudiría a los edificios en llamas que estuvieran asegurados por su compañía. Para reconocer cuales eran los edificios que habían contratado los servicios de la aseguradora, decidieron colocar placas con la insignia de The Fire Office: un ave fénix.
Primera aseguradora de incendios en España
Las placas de Madrid
En Madrid se conservan muchas de estas insignias porque su casco histórico está protegido, ya que fue declarado bien de interés cultural en 1995, y porque había mucha más población que en otras ciudades, por lo que había más edificios que contrataban este servicio.
Durante la segunda mitad del siglo XIX empezaron a proliferar las compañías de seguros y las asociaciones mutuas de seguros contra incendios, que eran de los propietarios de las viviendas. Las asociaciones mutuas no tenían un equipo para apagar incendios propio, por lo que acordaban con los ayuntamientos sistemas para organizar los servicios de extinción, de esta manera se daba paso a la creación de los servicios de bomberos municipales.
En 1894, en Madrid se profesionalizó el cuerpo de bomberos, por lo que los equipos de extinción de incendios de las aseguradoras ya no eran necesarios, y poco a poco fueron desapareciendo, pero no sus placas.