En los últimos 14 años, el desequilibro energético de la Tierra se ha duplicado, tal y como desvela un reciente estudio publicado en Geophysical Research Letters. Según explican los científicos, el clima de nuestro planeta está determinado "por un delicado equilibrio entre la cantidad de energía radiativa del Sol que se absorbe en la atmósfera y en la superficie y la cantidad de radiación infrarroja térmica que la Tierra emite al espacio".

En ese sentido, los investigadores añaden que esto significa que la Tierra está aumentando su energía, "lo que hace que el planeta se caliente". Así, un equipo de científicos de la NASA y la NOAA compararon datos de dos mediciones independientes y comprobaron que "las dos formas de ver los cambios en el desequilibrio energético de la Tierra coinciden realmente y ambas muestran esta tendencia. Las tendencias que encontramos fueron bastante alarmantes en cierto sentido", detalla Norman Loeb, autor principal e investigador en el Centro Langley de la NASA en Virginia (Estados Unidos).

La actividad humana

Los gases de efecto invernadero atrapan el calor de la atmósfera y capturan la radiación saliente que se escaparía al espacio. Estas emisiones están aumentando por la actividad humana y el calentamiento "genera otros cambios, como el derretimiento de la nieve y el hielo, el aumento del vapor de agua y los cambios en las nubes", apuntan los expertos.

Por ello, recalcan que el desequilibrio energético de la Tierra es "el efecto neto de todos estos factores". Para realizar el estudio, los investigadores analizaron los cambios en los factores mencionados y descubrieron que "la duplicación del desequilibrio es en parte el resultado de la disminución de las nubes y el hielo marino que conducen a una mayor absorción de energía solar".

Cambios mayores

Estas acciones están contribuyendo todavía más a este desequilibro energético. Los expertos afirman que este análisis es "una instantánea relativa al cambio climático a largo plazo", aunque no es posible hacer una predicción de cómo transcurrirán los próximos años para el equilibrio energético. Aunque concluyen puntualizando que "a menos que disminuya la tasa de absorción de calor, se deben esperar cambios climáticos mayores de los que ya se están produciendo".