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Descubren una nueva especie de sapo diminuto

Ha sido hallada en las montañas de Brasil y se caracteriza por ser de color naranja neón, de un tamaño menor de una pulgada, y también venenosa.

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Nunes et Al Plos One

Un estudio publicado este miércoles en el portal PLOS ONE revela el descubrimiento de una nueva especie de sapo, muy diminuto, de poco menos de una pulgada, perteneciente al género de los sapos de calabaza, una serie de sapos pequeños de colores brillantes. Ha sido identificada por primera vez en las montañas de Brasil.

Además de su tamaño, destaca también por su color naranja neón que hace a estos sapos brillar. Se trata de una especie venenosa, aunque realmente su amenaza para los humanos es mínima, es decir, pueden ser tocados con las manos, y solo habría que tener cuidado de no tocarse la cara después.

Se estima que podría haber un par de cientos en el área, de manera que pasaría de ser una especie aún sin observar a encontrar en la zona brasileña multitud de sapos de la especie.

Al principio fue confundida con una especie ya existente

En un primer momento, se creyó que la especie ya existía, que no aportaba nada novedoso. De hecho, se encontró por primera vez en 2016, en la cordillera de Mantiqueira de Brasil, según confirma el autor del estudio Ivan Nunes, profesor en el departamento de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Universidad Estatal de São Paulo en Brasil, en unas declaraciones recogidas en la CNN.

“Eres la única persona que sabe en ese momento”, destaca Nunes como el mejor momento científico. Se pensaba en un principio que pertenecía a la especie B. ephippium, pero después pudieron demostrar mediante el estudio que hay muchos tipos de sapos de calabaza y que este no estaba dentro de los ya encontrados.

Explicación de las características de la especie

Uno de los aspectos mencionados de este sapo es que es venenoso. “Los sapos segregan un veneno llamado tetrodotoxina, que es el mismo veneno que se encuentra en el pez fugo”, cuenta la investigadora Sandra Goutte, asociada postdoctoral en la Universidad de Nueva York en Abu Dhabi, que no ha participado en el estudio.

“Los humanos pueden envenenarse al ingerir el sapo o si una herida abierta entra en contacto con su piel”, añade. Y además de esto también son fluorescentes. Esto significa que no pueden ser vistos con luz normal, pero cuando se iluminan con luz ultravioleta sí brillan.

De momento, hay abiertas varias investigaciones para determinar exactamente por qué brillan, cuánto tiempo de vida tienen o cuántos hay en concreto, con la intención de poder dar una explicación más completa y para tenerlos más controlados con el fin de poder conservarlos y que no se extingan.