Gibraltar roza la normalidad
La desescalada de las restricciones coloca al Peñón como una especie de laboratorio para conocer cómo será la actividad postcoronavirus.
Gibraltar se asoma al final del túnel de la pandemia y ya roza la normalidad. Desde este domingo, los ciudadanos del Peñón no estarán obligados a llevar la mascarilla en espacios abiertos y el jueves acabó la restricción del toque de queda, cuya duración estaba fijada entre las 00:00 y las 06:00 horas.
La última limitación de la mascarilla estaba vigente para las zonas más concurridas del centro urbano, como la calle Real (Main Street) y las aledañas, donde se sitúan la mayoría de los comercios.
Casi 80% de vacunados
Ya desde el 1 de marzo estaba permitido que en el resto de vías, con menor afluencia de personas, se pudiera circular sin este elemento de protección individual. A partir de ahora, la única obligatoriedad de su uso es para los espacios públicos cerrados, en comercios y en el transporte público.
Uno de los motivos de esta relajación de las limitaciones de debe al éxito de su campaña de vacunación. Casi el 80% de sus habitantes ya están inmunizados. Según informó Matt Hancock, ministro de Sanidad de Reino Unido, la totalidad de su población adulta ya ha sido inoculada. Por su parte, el Ejecutivo gibraltareño publicó el domingo que 27.662 personas de las 34.000 que residen en el territorio han recibido la pauta completa.
Respecto a los residentes de tránsito, que son alrededor de 15.000 trabajadores transfronterizos, también avanza a buen ritmo la campaña: 2.371 han recibido los dos pinchazos y 4.107 una dosis.
Laboratorio postcoronavirus
Las autoridades han visto reforzada su decisión tras la buena evolución epidemiológica. Desde hace una semana, el hospital Sant Bernard no tiene pacientes ingresados por el patógeno y tampoco hay infecciones en las residencias de ancianos. Los datos oficiales a 28 de marzo muestran que en la última semana sólo se han producido tres nuevos positivos y los casos activos totales se sitúan en 10, de los cuales 8 son de residentes y los 2 restantes de dos personas de paso.
Por este motivo, la desescalada de las limitaciones coloca a Gibraltar como una especie de laboratorio que servirá para conocer cómo será la normalidad postcoronavirus. Pero Fabián Picardo, ministro principal del territorio, apuesta por mantener la cautela todavía: "Por fin estamos dejando atrás nuestro invierno más mortífero y entrando en nuestra primavera más esperanzadora. La pandemia mundial no ha quedado del todo atrás y todos debemos avanzar con cuidado para salvaguardar este increíble progreso en las próximas semanas y meses".